Asamblea de Asaja bajo el ‘pedrisco’ Lino Rodríguez

Hoy se reúne la asamblea de socios de Asaja Valladolid para la aprobación de las cuentas del sindicato agrario y el informe de su presidente, Lino Rodríguez. Si nos remontáramos tan sólo dos años atrás, éste sería un acto rutinario de camaradería navideña. Ese plácido pasado no volverá.

Hace doce meses, la asamblea anual estuvo presidida por el anuncio de que Asaja Valladolid pasaba de las crónicas del campo a las de los tribunales. El conocido agricultor de la patata Alberto Cano, cesado como tesorero, presentó una denuncia en la que se autoinculpaba de «firmar» todo lo que le pedían y, sobre todo, acusaba a Lino Rodríguez de malversar el dinero del sindicato y de sus empresas filiales en colaboración con la empresa contable de su mujer.

La principal acusación en aquel entonces era cobrar una nómina de Derco, una compañía que supuestamente daba cursos al sindicato sin que figurara ninguna actividad y ningún trabajadora excepción del propio Lino, que había cobrado hasta el momento 434.000 euros.

La asamblea de 2013 estuvo cargada de momentos de gran tensión en los que se quiso impedir el paso a los socios críticos, que fueron abucheados por la mayoría. No era de extrañar, ya que hasta ese momento Lino Rodríguez era una figura de referencia en las últimas décadas del campo vallisoletano.

Pero las revelaciones asociadas a la investigación del Juzgado de Instrucción número 5 de Valladolid –como las de este periódico, que dio cuenta de los suntuarios gastos personales en una tarjeta que Lino manejaba a cargo del sindicato– han hecho de Asaja Valladolid una organización numantina.

Donaciano Dujo, presidente del sindicato en Castilla y León, ha pedido de manera expresa a los socios de Valladolid que cesen o expulsen a Lino Rodríguez, tal como él hizo del cónclave regional en abril «por el grave descrédito» que causaba a las siglas. Una decisión que fue recurrida por Rodríguez y su mano derecha, Gerardo Rico, en Primera Instancia; recurso que el juez desestimó.

Y es que las sucesivas informaciones y resoluciones judiciales ahondaron el surco de la duda trazado por Cano con la profundidad de una tumba. Félix Sacristán, presidente de Derco, para quien Lino Rodríguez «era como un hijo», afirmó sentir «cómo la tierra se abría» bajo sus pies cuando la jueza Soledad Ortega le exhibió lo que debía ser su firma contratando a Lino Rodríguez, pero Sacristán no la reconoció como suya, sino una falsificación.

La jueza este mes a Rodríguez que aporte 400.000 euros como fianza ante posibles responsabilidades civiles con el día 29 de este mes como plazo final. Es una incógnita si el presidente de Asaja Valladolid tiene recuersos para ese pago, pero lo que sí queda claro es que tiene a sus fieles. Contraviniendo las órdenes de la juez, la Junta Directiva del sindicato le paga una nómina de 3.600 euros.

La última explicación que Lino Rodríguez dio a los socios en Junta Directiva el pasado septiembre es que «todo era mentira», una confabulación del extesorero y del ex gestor Fernando Redondo. Cuatro de sus miembros no le creyeron (dos de ellos dimitieron) pero otros diez le ratificaron en un puesto que hoy se pone, de nuevo, en cuestión.