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Más empleo en los talleres de Renfe
La compañía prevé que las nuevas instalaciones, en el páramo de San Isidro, reciban carga de trabajo para más de mil personas, cuatrocientas más de las que operan ahora en el Paseo de Farnesio
La cuenta atrás para el traslado de los talleres de Renfe desde el Paseo de Farnesio al páramo de San Isidro empezó hace ya tiempo, pero es ahora cuando el cambio está a la vuelta de la esquina, a partir de marzo, y parece que con perspectivas de incremento de puestos de trabajo.
El pasado día 4, el presidente de Renfe, Pablo Vázquez, acompañado por la directora general de operaciones de la compañía, Berta Barrero, visitó de incógnito, al menos para la prensa, los nuevos talleres para comprobar el estado de los trabajos de instalación de la nueva maquinaria. Es una operación compleja que está en marcha desde hace meses y que costará 38 millones de euros. Son más de 300 máquinas, procedentes tanto de España como del extranjero, de Italia sobre todo, que hay que acoplar en unas naves que ocupan 80.000 metros cuadrados; ocho hectáreas.
Allí, con las naves ya a medio ocupar -ya están en su sitio 200 de las 300 máquinas- los responsables de Renfe anunciaron que una vez que los nuevos talleres estén a pleno rendimiento será necesario incrementar la plantilla al menos hasta los 1.000 trabajadores, casi 400 más de los que 630 que operan ahora en el Paseo de Farnesio: 470 de la empresa y 160 como personal contratado.
Y así se lo transmitieron a los miembros del comité de empresa en un breve encuentro mantenido con los representantes sindicales.
El traslado a San Isidro empezará en marzo, pero se prolongará alrededor de cinco meses. Durante este tiempo se mantendrá el trabajo en los talleres del Paseo de Farnesio. Además del mantenimiento de los trenes convencionales, en Valladolid se realizan las labores de adaptación de los vagones para hacerlos accesibles a personas con movilidad reducida, un encargo que proporcionará trabajo hasta 2018.
La previsión es que a finales de 2015 las instalaciones de San Isidro estén a plena actividad y que la carga de trabajo permita la contratación de más personal: por encima de las 1.000 personas.
Tanto por su ubicación, a medio camino en la red ferroviaria que discurre entre el centro y el norte del país, como por sus modernas instalaciones, los nuevos talleres de Renfe en Valladolid tienen todas las papeletas para ser unas instalaciones punteras. «Valladolid es el taller principal de España y somos bastante optimistas porque con las previsiones, la carga de trabajo que vamos a tener es más de la que podemos desarrollar», afirma el secretario provincial del sector ferroviario de CCOO y representante de este sindicato en el comité de empresa del Grupo Renfe Gregorio Díez del Pozo. Él fue uno de los que se reunieron con el presidente de Renfe durante la visita del pasado día 4 y confía, incluso, en que pueda superarse la cifra de 1.000 empleos que anunció el presidente de la compañía y se dupliquen los 630 puestos que hay ahora entre miembros de plantilla y contratados.
Su optimismo se basa en la convicción de que Valladolid, además del mantenimiento de los trenes convencionales, será el taller que se ocupe también de la puesta a punto de los vagones de alta velocidad de la zona oeste, incluidos los de la línea Madrid-Barcelona y Madrid-Valencia. Los accesos a los nuevos talleres están preparados para recibir trenes tanto de vía estrecha como de ancho internacional, una versatilidad pensada para el nuevo cometido asignado a las instalaciones de San Isidro.
Con estas previsiones, el representante de CCOO no descarta que el único turno que hay ahora en los talleres del Paseo de Farnesio, en un horario de mañana en el que trabaja el 90% de la plantilla, tenga que duplicarse «si, como parece, se realiza el mantenimiento diario de los trenes».
Más allá de la buena nueva que supone un aumento de la carga de trabajo y del número de puestos de trabajo, Díez del Pozo sostiene que es una buena oportunidad para que Renfe incremente la plantilla de los talleres y asegure el relevo en un colectivo con 53 años de media.