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Varicocele e infertilidad masculina: ¿cómo solucionarlo?
Muchas parejas con aparente buena salud no logran el objetivo de que la mujer se quede embarazada. Esto es algo que puede deberse a muchos factores, los cuales deben ser detectados por un especialista en fertilidad.
Sin embargo, hay uno especialmente habitual y que, generalmente, pasa desapercibido, ya que no genera síntomas evidentes. Hablamos, cómo no, del varicocele. Pero ¿qué es exactamente, cómo se puede detectar y cuál es su tratamiento?
¿Cómo se diagnostica y se trata el varicocele?
La única manera de diagnosticar un varicocele es acudir a la sanidad pública o a la privada. Esta última es la mejor opción si se quieren acortar los plazos de espera. A través de Elegir clínica y portales de comparación similares es posible encontrar los mejores centros y profesionales especializados cerca del lugar en el que se reside.
Cualquier urólogo puede realizar el diagnóstico de un varicocele. En muchos casos, es posible detectarlo a simple vista y mediante el tacto de los testículos, si bien es cierto que es necesario practicar una ecografía para determinar su tamaño y su gravedad.
Una vez diagnosticado el varicocele, solo hay una opción: operar. Se trata de una intervención quirúrgica muy sencilla, cuya duración no suele exceder los 20 minutos. Además, se lleva a cabo mediante anestesia local y solo requiere de unos cuantos puntos de sutura, los cuales se retiran transcurridos entre 10 y 15 días.
¿Qué es un varicocele?
Un varicocele es una dilatación de carácter varicoso de las venas que hacen llegar la sangre a los testículos. Esto provoca que el fluido no acceda e irrigue los tejidos con normalidad, lo que altera de forma significativa su funcionalidad.
Existen dos tipos de varicocele. El primario o idiopático es aquel que no presenta síntomas, del que nunca se llega a saber la causa y que aparece, en la práctica totalidad de los casos, en el testículo izquierdo. El secundario o sintomático sí tiene un origen determinado y causa molestias perceptibles.
En la mayoría de los casos, el varicocele es de tipo primario y el hombre afectado no sabe de su existencia hasta que no acude a la clínica de fertilidad y es diagnosticado por un urólogo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta dolencia multiplica por cinco las posibilidades de que un hombre sea infértil.
Hay que tener en cuenta que la falta de irrigación sanguínea que provoca el varicocele reduce los niveles de testosterona, lo que también disminuye el número y la movilidad de los espermatozoides. Incluso pueden llegar a ver alterada su dotación genética.
Recuperación y resultados
El paciente es dado de alta unas horas después de concluir la intervención, cuando la anestesia ha dejado de hacer efecto y puede caminar por su propio pie. Al cabo de 48-72 horas, puede empezar a hacer vida normal, con cuidado de no cargar peso y protegiendo la herida.
Por norma general, el paciente está completamente recuperado a las dos semanas. En ese momento es posible realizar un espermiograma que determine la calidad del esperma. En la mayoría de los casos, mejora entre un 60 % y un 70 %, lo que duplica las posibilidades de lograr un embarazo de forma natural.