Una reflexión económica antes del verano
CUANDO LLEGAN los meses de verano, la mayoría de los ciudadanos también deciden hacer vacaciones de la actualidad socioeconómica hasta septiembre. Pero es importante comprender cómo ha evolucionado el primer trimestre de 2025 y ante qué posibles escenarios nos enfrentamos.
El Servicio de Estudios Económicos de Castilla y León (ECOVAEstudios) ha analizado una serie de variables que han determinado que estamos en un momento de cierta estabilidad económica, aunque invadidos por una alta dosis de incertidumbre; cuestiones que afectan tanto al consumo como a la inversión. Con este contexto, podemos preguntarnos los porqués de esa incertidumbre. En primer lugar, si analizamos el comercio mundial, nos topamos con la guerra arancelaria de Trump y la búsqueda por parte de China de nuevos mercados en los que colocar sus productos. Estos hechos hacen que las empresas estadounidenses redirijan sus cadenas de suministro a países intermediarios, como México o Vietnam, para lograr poner freno en cierta medida a este impacto arancelario, por lo que estamos asistiendo a una reconfiguración socioeconómica a nivel internacional. De hecho, China podría aumentar sus importaciones europeas y limitar sus exportaciones a Europa potenciando las industrias de la UE. Es decir, Europa podría verse favorecida al intensificarse sus relaciones comerciales con China, con el consiguiente impacto para España y sus regiones.
No obstante, a pesar de esta volatilidad e incertidumbre, la economía atraviesa un momento de resiliencia y resistencia que, si se sabe aprovechar, puede reconducir a la senda del crecimiento socioeconómico. Y esto se debe principalmente al aumento de las rentas reales, al incremento del gasto de los hogares, a las condiciones de financiación más favorables y, sin duda, a un mercado de trabajo estable y en disminución de desempleo. Estos hitos también han permitido que la inflación baje, sobre todo debido a la caída de precios del petróleo, al mayor gasto en defensa e infraestructuras, al aumento de la actividad industrial de la eurozona y al adelanto de las exportaciones ante la amenaza de la llegada de nuevos aranceles.
La globalización hace que cualquier movimiento en el otro lado del globo terráqueo pueda notarse en Castilla y León, región a la que le afecta el desequilibrio socioeconómico que tiene el país a la hora de tomar posiciones en la UE. En este sentido, la enorme deuda, el déficit estructural, que no disminuye, la tasa de paro doblemente por encima de la eurozona, así como un crecimiento basado en gasto público, son factores que no ayudan a mejorar la posición regional. De hecho, la economía castellano y leonesa presenta una elevada dualidad del mercado de trabajo, una gran inseguridad jurídica y una alta burocracia que hacen que el consumidor se parapete ante el marco de la inestabilidad.
Tras el verano, veremos cómo estos factores han podido ir recolocándose y, en definitiva, configurando el clima socioeconómico mundial, nacional y regional. Para ello, es imprescindible que el clima político también sea propicio e inclinado al consenso. De ser así, consumidores e inversores podrán ir dotando de mayor certidumbre sus decisiones.