TIENE TELA
La Celestina al poder
QUÉ DESGRACIA. Menda ya no pide nada. Sólo comprensión, pues estoy en la más absoluta de las miserias. Tras la carta del tirano que hemos recibido los militantes consortes –y que nos ha dejado de piedra porque es la despedida de una zorra que ha perdido el sentido del olfato en política–, y tras la entrada de la UCO manu militari en Ferraz el viernes por la mañana –en el sancta sanctorum de la progresía inviolable e impune–, mi desolación es total y se parece a la venganza poética de Garcilaso ante la desdicha del amor perdido: «Salid sin duelo lágrimas corriendo».
Ni siquiera he tenido el consuelo de mis clásicos grecolatinos, que son tan clarividentes y comprensivos, pero tan hijos de puta cuando se les ocurre poner los puntos sobre las íes. Fíjense qué plantón. Acudí a Plauto, que tanto me ha hecho reír y reflexionar a lo largo de la vida. Fui derechito a su gran obra Pseudolus, que en español es conocida como El impostor. Miren con qué perla me topé sin pretenderlo, y que también me dejó de piedra: «Los hombres que propalan crímenes y los que los escuchan a escondidas, todos, en mi opinión, deberían ser colgados. Los primeros, de las lenguas; y los segundos, de las orejas». ¡Qué fuerte! Pero así está escrito en latín clásico, señoras y señores.
Ante el horror al vacío –del sanchismo ya no quedan ni las raspas–, recurrí a éste mi periódico, y a muchos otros en internet, en busca de un placebo, y me encontré con el temazo de la semana: Koldo, Cerdán, y Ábalos en pelota picada tal y como vinieron al mundo. Lo que literariamente, al menos, no es tan agresivo porque en español tenemos a La Celestina, a La pícara Justina, y a La lozana andaluza –el trío con el que hemos mudado los dientes de leche generaciones y generaciones de españoles– para acercarnos al sexo con cierta elegancia, con gran humanidad y humildad, y como un descubrimiento de los secretos de la vida sin traumas.
No como estos puteros socialistas –hasta ayer limpísimos en un piélago de corrupción basculante–, que son hoy lunes el badajo más retrógrado del feminismo: hacen de las mujeres el centro de su política hipocritona, pero se las follan sin ningún respeto. Roban y esnifan a tutiplén como en los Eres, en la pandemia, o como ahora mismo, y pretenden abolir la prostitución. La pícara Justina así denunciaba a esta gentuza del gatillazo de mata en mata: «una de las necedades que están en la lista de España es que el galán español siempre se anda vistiendo». Y añadía la gran señora que esto no es propio de hombres, sino de un «garrapato, que se queda en el vestido sin salir afuera», y de «Narcisos de sí mismos». Textual.
Qué clarividencia, qué acierto en las definiciones aristotélicas, y eso que estas doctoras de la vida no hicieron la enseñanza obligatoria hasta los 16 años como ahora. Así que, como simple militante consorte, y sin ánimo de ofender ni a los puteros ni a las putas, me dirijo a la cabeza –a vos, gran Sánchez, como al «báculo» de la Celestina, como a los «compañones» de la Lozana, y como a «la cosa» de la Justinica– con una simple proposición honestísima: anda, Perico, dimite ya. El doctorado, que te pagó tu suegro Sabiniano con el noble «negocio» de la jodienda cual inventiva política, está súper amortizado con Ábalos, Cerdán y Koldo como lo que son: como una mala «comparanza torreznera», que decía Justina.
No lo pienses más, Presihorterismo en vena, y dimite sin esperar a que pase el verano, que será mucho peor. A este modo de perder el tiempo a la pata coja cuando uno se hace depredador y sólo quiere dinero y más dinero, y lujuria y más lujuria como tiranía obsesiva, en la Celestina se define como una simpleza de «rasca-caballos». Por esto, aquí lanza Tristán una pregunta sutilísima al despistado para avisar de que no todo en el monte es orégano: «¿No me dirás en qué mes cae santa María de Agosto?». Pues ya ves: cae cuando en el haber del obseso ya no queda seso ni «paja en casa» o fuera de ella. Así que dimite ya, Perico, en favor de alguien auténtico como la Celestina por una razón fundante y SalvadorIlla: para que esta comedia no acabe en tragedia.
Hoy lunes, Sánchez no es más que un holograma, una morgue de corrupción totalitaria, y un muladar de puterío degenerativo, en un búnker hitleriano con pinganillo por catálogo. Hay dos razones prácticas que delatan que las artimañas del Narciso tienen nulo efecto. La primera fue señalada por la Lozana con gran descojone, comparándolo con un «coño puesto en la Guardarropa» de cualquier Moncloa. Bingo. El tirano tiene que recurrir cada mañana a su esteticien –Ana Renedo– para recomponer el porte y la figura. A la deriva de la corrupción galopante, sumen ahora «el desorbitado gasto en maquillaje» que, según la prensa del corazón partío, se elevaría a «247.000 euros a servicios de imagen».
La segunda razón también es estética. Servidor lleva años con una Philips del Corte Inglés del año la pera, y no vean cómo corta el pelo al cero. Lo inaceptable en términos de igualdad es lo que dijo Ábalos en 2020:«Soy feminista porque soy socialista, porque el compromiso con la igualdad entre hombres y mujeres forma parte del ADN de nuestro proyecto político». ¡No jodas! Qué falta de respeto ante el putiferio de estos días como secreto de estado y jodienda descomunal y ramplona. Desde hace días, el sindicato de las putas denuncia esta obscenidad y exige derechos: «Folláis con nosotras, pero votáis contra nosotras». O sea, lo mismo que denunciaban La Celestina, la Lozana, y la Justina con estas palabras tan reivindicativas: «Tanto crece el amor cuanto la pecunia crece,/ que hoy día todo a él se rinde y todo le obedece». Delenda est thyrannia.