EL COMÚN DE LOS MORTALES
El andador atlántico
¿CORREDOR o andador? Ocho de la mañana. Suena el despertador. Un sonido agudo y punzante quiebra la tranquilidad de la mañana salmantina. Luis mira fijamente la hora sumido en un estado intermedio entre la perplejidad y la desesperación y, como todas las mañanas, se pregunta ¿y ahora qué? ¿Qué actividades, despachos, viajes o reuniones se agolpan en su intensa agenda? No es fácil conocer con precisión en qué consiste exactamente la jornada laboral del delegado para el Corredor Atlántico de Castilla y León.
Lo de «Corredor Atlántico» suena muy bien pero lo que se dice correr más bien poco. Apenas anda. Por muchos años que hayan pasado desde que empezamos a oír hablar de eso del Corredor Atlántico, en realidad nadie sabe bien exactamente para qué vale teniendo en cuenta su evolución. El mal llamado Corredor Atlántico lleva desde el año 2003, cuando se incorporó a la Red Transeuropea de Transporte, acumulando más reivindicaciones que actuaciones y logros. Entre sus loables objetivos figura el desarrollo de infraestructuras que permitan mejorar la interoperatividad de conexiones de transporte o la sostenibilidad y el carácter multimodal del transporte de mercancías y viajeros.
A pesar de tan elevados fines, la realidad es que el Corredor no termina de arrancar. Debe estar calentando. Al menos en lo que se refiere a infraestructuras fundamentales para Castilla y León como la autovía A-76 entre Ponferrada y Orense, la A-60 entre Valladolid y León o, en materia ferroviaria, el tren directo Burgos-Aranda-Madrid, la conexión Soria-Madrid o el impulso de la Ruta de la Plata en Zamora, entre otras. El permanente retraso de todas estas infraestructuras evidencian la nula utilidad práctica de este proyecto, lo que no impide que tengamos el lujo de poder contar con un cargo tan destacado como el Delegado para el Corredor Atlántico y Redes Complementarias del que, recientemente, se criticaba su escasa actividad desde su nombramiento.
Realmente cuesta imaginar cuál es el papel, el trabajo y la actividad diaria del rescatado ex ciudadano Fuentes pero el problema no es la agenda ni la capacidad de trabajo del citado Delegado. El problema real es que este tipo de proyectos comunitarios tan ambiciosos con frecuencia se diluyen en documentos, delegados, comisarios estudios, reuniones…pero si no hay presupuesto e inversiones reales se convierten en entelequias absolutamente inútiles para los ciudadanos (salvo para uno) por muchos nombramientos que se hagan. Mucho bla bla bla pero poco ñeque ñeque, como dicen por las tierras del delegado.