Diario de Valladolid

Editorial

Expansión de las variedades de uva de Rueda para crecer en rentabilidad

Viñedo.

Viñedo.PHOTOGENIC

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EL VINO, aunque sea una obviedad decirlo, es fundamental en Castilla y León y es una de las actividades que contribuye a cimentar la imagen de calidad de la industria agroalimentaria de la comunidad autónoma. Las denominaciones de origen y otras figuras de calidad han permitido la concienciación en el sector para la búsqueda de una excelencia que al final se convierte en la mejor garantía para que la actividad relacionada con el campo y la alimentación incrementen su contribución a la economía regional, gracias al aumento del valor añadido. La innovación es precisamente uno de los factores más relevante en el sector agroalimentario, a pesar de la idea de actividad tradicional que se tiene. Tradición e innovación no están reñidas y el campo castellano y leonés es buena prueba de ello. La denominación de origen del vino de Rueda acaba de poner en marcha cambios importantes, aceptando nuevas variedades de uvas, que también es una forma de innovación. Se trata de una expansión de las variedades que representa un oportunidad para mejorar la rentabilidad y para poder seguir atendiendo la creciente demanda de vino que lleva la firma de Rueda en el mercado.

La medida, que supone la incorporación de ocho nuevas variedades, seis de blanca y dos de tinta, es positiva, porque mejora las posibilidades de la denominación de origen y se ha llevado a la práctica mediante el seguimiento de unos criterios que mantienen el rigor que necesita una figura de calidad tan potente y de éxito. Se han introducido variedades cuyo cultivo en la zona desde hace años está contrastado y con las que ya se estaban produciendo vinos, aunque no pudieran llevar el sello de Rueda. Evidentemente, los criterios no siempre son plenamente compartidos y ha habido alguna crítica, como la procedente de Asaja en relación a la inclusión de Godello como variedad secundaria, debido a su uso en otras denominaciones, como la de El Bierzo, pero no parece que suponga un gran inconveniente.

Lo verdaderamente importante es conseguir la aceptación del mercado a estos cambios. La confianza generada por Rueda en el consumidor es muy alta y de gran valor. Este cambio parece tener argumentos suficientes para que no dañe las características de la denominación de origen y mantenga la buena imagen de marca lograda gracias a un gran trabajo, que siempre hay que mantener. Hay que confiar, por tanto, en que Rueda vuelva a tener un nuevo acierto con este cambio.

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