Diario de Valladolid
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IMPUNES son todas aquellas acciones y actos que se quedan sin castigo. Como se ha quedado la acusación por intento de asesinato y de homicidio que pesaba sobre el ex concejal de Ponferrada, Pedro Muñoz, al que la Audiencia de León condena a casi 17 años de cárcel tras tirar por la ventana a su mujer Raquel Díaz, pero le exculpa del delito de asesinato en grado de tentativa, además de los de amenazas e injurias. Y, claro, uno cuando lee la sentencia se queda ojiplático y no alcanza a entender cómo es posible que ese delito, el de asesinato en grado de tentativa, haya quedado impune en este caso.

Sobre todo cuando en la sentencia se lee: «Inmediatamente después, bajó desde la terraza al piso inferior de la vivienda y dirigiéndose al lugar donde se encontraba tirada en el suelo le dijo ’zorra, hija de puta, ¿te has muerto ya?’ Acercándose a ella y volviéndola a agredir con patadas, golpes y un palo en varias partes del cuerpo, en especial en las manos y en las piernas».  Esta salvajada es lo que dijo Pedro Muñoz cuando su mujer estaba en el suelo, después de arrojarla por la ventana, según detalla el auto de la sentencia.

Quédense con esta frase: «Zorra, hija de puta, ¿te has muerto ya?». Y vuelve a agredirla con patadas, golpes y un palo. ¿De verdad no es un intento de asesinato? ¿Qué creen sus señorías que estaba intentado hacer? Este repugnante caso de violencia machista, sí machista por más que los de la derecha extrema se empeñen en negarla, vuelve de nuevo a victimizar a la mujer por partida doble. La primera, por su marido, que  la maltrató y agredió brutalmente causándole lesiones que la han dejado en una silla de ruedas y dependiente para toda su vida; y la segunda, al tener que leer esta sentencia, que estará todo lo argumentada jurídicamente hablando que se quiera, pero que para este servidor no tiene un pase.

Como, por cierto, tampoco lo tenía, sin ir más lejos, la que perpetró la misma Audiencia de León en el asesinato de Isabel Carrasco, donde un juez se pasó por el arco del triunfo el veredicto del jurado para rebajar la condena a la policía local Raquel Gago. Juez al que enmendó el TSJ de Castilla y León y hasta el Supremo, pero que ahí siguió como si no hubiera roto un plato. Con razón, los abogados antes de iniciar cualquier pleito te dicen aquella frase de ‘vale más un mal acuerdo que un buen juicio’.

Y ya lo siento por sus señorías, pero ustedes por mucho que se lo crean y por mucha toga que vistan no son ni impunes, ni inmunes a  la críticas. A sus sentencias está visto que sí.

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