Diario de Valladolid

EDITORIAL

El Diálogo Social reinicia el camino tras un año de confrontación estéril

Reunión del Diálogo Social. EP

Reunión del Diálogo Social. EP

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EL PRESIDENTE DEL gobierno de Castilla y León reactivó ayer el Diálogo Social tras un año varado a cuenta de los enfrentamientos estériles entre la Consejería de Industria y los agentes sociales. Se pueden defender las posturas y los cambios en la estrategia del órgano sin necesidad de ofrecer un espectáculo nada edificante a los ciudadanos, que son los que sufragan la institución y las nóminas de los que las habitan. Y se puede defender la necesidad de mantener el modelo sin estridencias, algaradas o insultos. Todo es discutible. Pero no eternamente. 

Por eso, Mañueco, investido de una mayor autoridad dentro del gobierno y de la comunidad, tras sus apabullantes victorias en las municipales y las generales, volvió a poner a caminar ayer el máximo órgano del Diálogo Social, que él mismo preside. Porque realmente el Diálogo Social ha seguido funcionando fundamentalmente a través de las consejerías que rige el PP, con acuerdos de Igualdad, Violencia de Género o estrategia laboral en departamentos como Familia o Medio Ambiente con acuerdos con los agentes sociales y esencialmente con los sindicatos mayoritarios. 

Pero el Diálogo Social, como órgano, es fundamentalmente un marco de estabilidad. Un marco que seguramente no goce de tanta relevancia en esta época de bonanza, creación de empleo y crecimiento, pero que es esencial para los momentos de crisis. Pero ese marco de estabilidad y entendimiento se fragua precisamente ahora, con la economía en apogeo. Mañueco ha dado un golpe de timón tras el aval electoral cosechado en los dos comicios consecutivos en Castilla y León. Y no ha dejado pasar la oportunidad para reforzar la presencia del PP en el Diálogo Social con la incorporación como secretario del consejero de la Presidencia, el número dos del gobierno. Un puesto antes ocupado por el efímero viceconsejero de Empleo nombrado por VOX y que duró tres meses en el cargo. Esa vacante ahora la ocupa el PP. Es un mensaje hacia dentro pero también hacia fuera. El PP no pondrá en riesgo el Diálogo Social y además ejerce una apuesta sin precedente colocando a las dos piezas esenciales del ejecutivo para Mañueco, Carlos Fernández Carriedo y Luis Miguel Gago, y minorando el peso de VOX. El mensaje es claro y así lo deben entender los agentes sociales. El PP quiere entendimiento y acuerdos. VOX debería actuar con inteligencia y frialdad y recomponer su estrategia  exagerada contra los sindicatos de clase, porque réditos electorales no le ha aportado a la vista del batacazo en las generales con la pérdida de cinco de los seis diputados que aportaba Castilla y León a la saca parlamentaria de Santiago Abascal. 

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