¿De dónde ha salido esta gente?

¿PERO de dónde ha salido esta gente? Esto se preguntaba, y me repreguntaba, cierta persona –ex dirigente el PSOE en Castilla y León–, al ver cómo los delegados del Gobierno en Madrid y en Euskadi cantaban bingo con las tesis terroristas y las prácticas bilduetarras del Gobierno Frankenstein. Se escandalizaba que lo hicieran a lo bruto, sin pudor, sin pizca de vergüenza, y sin nula consideración hacia las posturas de la humanística, de la cortesía política, y de las consideraciones morales que rigen en democracia.  Cierto. Es durísimo e inconcebible, para cualquiera con un poco de decencia, que el delegado del Gobierno en Madrid –Francisco Martín, el Paco chocolatero de Sánchez–, haya dicho con cara de lobo y diente de perro que «Bildu ha hecho más por los españoles que los patrioteros de pulsera». Actitud degradante que se corresponde con la del delegado del Gobierno en el País Vasco –Denis Itxaso González, el salchichero de Sánchez–, que ha contratado a una filoetarra de las Gestoras Pro Amnistía para dar cursos sobre derechos humanos y violencia de género a los policías.

¿De dónde ha salido esta gentuza? Está claro, querido amigo: de las zahúrdas de Moncloa; de la cuña degradante que sitúa a los  asesinos al nivel de las víctimas hasta el remate sin piedad; de lo que oyen de Sánchez en directo, cuya moralidad e impostura de cemento armado consiste en mantener su error totalitario hasta el culantro del infinito; de un Gobierno corrupto cuyas leyes son autopistas con innumerables tramos sectarios para destruir una Nación; y de un partido llamado PSOE, al que, ay, hemos votado muchas veces, y que Sánchez –como demuestran estos  dos hechos– ha convertido en el Partido Supositorio Operario Etarra.