La Junta tiene que ser ágil contra los bárbaros de nuestro patrimonio
El patrimonio no sólo forma parte de las señas de identidad más singulares de Castilla y León (acumulamos el 40% del patrimonio histórico de España), sino que es un potencial económio y turistico imparable e inigualable. Por eso, y por mucho más, parece incomprensible que unos cafres, con aval administrativo e institucional, hayan destrozado nada menos que kilómetro y medio de una calzada romana bimilenaria en el término leonés de Castrocalbón. La Junta, por boca de su presidente, señaló ayer que va a llegar a las últimas consecuencias. Ya está tardando la Junta después de 15 días en clarificar, señalar y llevar al juzgado a los autores de semejante tropelía. No puede ser muy difícil, ni debe llevar más de dos días al Servicio de Cultura y Patrimonio de la administración autonómica esclarecer quien contrató la obra y en qué términos.
Seguramente el destrozo es obra de cafres a los que se les ha sumado ese mal llamado ignorancia. Pero está tardando demasiado el departamento de la Junta que depende de la Consejería de Cultura y Turismo que dirige Gonzalo Santonja.
Parece y resulta increíble que con todos los requisitos y trámites burocráticos que requiere la contratación de una obra pública nadie hubiera recabado que ese recorrido en el que se iba a habilitar una carretera en mejor estado, porque la otra tenía dos mil años de antigüedad, era una de las calzadas romanas mejor conservadas de España.
Esta tropelía, sin antecedentes recientes, tiene que tener responsables políticos y administrativos, que son fundamentalmente los encargados de la adjudicación de la obra por parte de un ente mancomunal. Pero además, este tipo de organismos que agrupan municipios, suelen recibir el dinero de instituciones superiores, Junta o Diputación, que tienen que disponer de un proyecto claro y conciso del destino del dinero. ¿Nadie, con todo el entramado funcionarial y burocrático que hay en el mencionado sistema, se dio cuenta de que lo que se pretendía era asfaltar un elemento patrimonial de incalculable valor? O, lo que es peor, si el destrozo se hizo a conciencia con el ánimo de que nadie se percatara al tratarse de un territorio perdido en el universo rural.
En cualquier caso, el departamento de Santonja está tardando ya demasiado en aclarar, señalar y llevar ante el juez a los responsables. Esto no es la instrucción del asesinado de Kennedy. Esto es más simple y nítido. No se demoren o empezaremos a pensar en trapicheos políticos entre administraciones que optan por alargar el asunto para no pisarse la manguera.