Los ministros siguen paseándose por Castilla y León
La situación de la economía en Castilla y León, al igual que en el resto del país, empieza a ser preocupante. Las consecuencias, más allá de los desabastecimientos de determinados productos, que los hay, por mucho que lo quiera negar la distribución, empieza a hacer mella en la gran industria. Dos importantes firmas afincadas en esta comunidad, que además representan a los dos sectores más estratégicos, la automoción y la agroindustria, anunciaron ayer la paralización de sus fábricas por falta de suministros.
Es la consecuencia de una escalada de precios en la energía y los carburantes que no surgió de la noche a la mañana ni con la guerra de Ucrania. Venía de meses atrás y se veía venir. El conflicto de Ucrania lo ha agravado. El IPC no miente y ya desde septiembre empezó a desbocarse, más acentuado incluso en Castilla y León. Y mientras se veía venir esta crisis, el gobierno de Pedro Sánchez, en este caso emulando al indolente de Zapatero, estaba cruzado de brazos. Es un gobierno que no reacciona hasta que el problema alcanza dimensiones ingobernables. Le ha pasado siempre y le pasará porque es un gobierno que ha demostrado sus escasas cualidades para gobernar.
Gobernar es anticipar decisiones que eviten llegar, por ejemplo, a la situación actual que hay con el transporte y otros muchos sectores sacudidos por la subida de los precios energéticos y de los carburantes. Crisis que azota al conjunto de la sociedad, pero que a algunos ámbitos productivos los pone contra las cuerdas. Y eso es poner contra las cuerdas al conjunto de la sociedad. De esos sectores dependen muchos empleos y por ejemplo la seguridad alimentaria, la que nos proporcionaron agricultores e industrias en el peor momento de nuestras vidas, cuando llegó una trágica pandemia que nos encerró en casa a todos.
El gobierno central ha dejado claro que carece de capacidad de reacción. Eso sí, los ministros siguen paseándose por Castilla y León. Es el caso de ayer del de Agricultura, Luis Planas, que en su enésimo paso por estas tierras, fue a la inauguración de una bodega mientras los agricultores y la industria claman por soluciones a algunos de los problemas que incluso han ocasionado las políticas insensatas de sus compañeros de gobierno. Por descontando, como es habitual en él, no admitió la presencia de medios ni periodistas, no fuera a ser que le preguntaran qué va a hacer para arreglar los problemas de su sector y no supiera qué contestar o mañana mismo lo dejara en evidencia una vicepresidenta compañera de su gabinete.