¿Vuelve Zapatero?
¿Es que vuelve ZP? Eso parece indicar la foto que ayer se publicó aquí. Ahí vemos feliz al falso leonés –Rodríguez Zapatero–, al amigo íntimo del dictador y narcotraficante Maduro, al príncipe de Delcy que atascó Barajas con una maletería de emperatriz de las Indias y de la mar océana, y al inspirador del movimiento de Puebla que lanzó el 15 de mayo de 2020 esta propuesta putinesca como preludio a la guerra de Ucrania: «muchos trabajamos en esta dirección»: poner a la UE y sobre todo «a Estados Unidos en una situación imposible, imposible».
Bueno, pues parece que el causante de la quiebra económica de España hace años, quiere volver. Aprovecha cualquier resquicio –como el acto de entrega de la medalla de oro a Martínez Meijide– para forzar situaciones imposibles, imposibles. Está claro que el oro le fascina, y si es a chorros en una mina a cielo abierto en la cuenca del Orinoco, se apunta a un bombardeo.
Viendo la foto, da la sensación –a mí al menos– que es Zapatero el inspirador de la noticia que urge a Pollán para que convoque con urgencia la investidura de Mañueco. Él parece que anima a los sindicatos verticales y mamanciales para que declaren lo imposible, imposible: que Vox, ni por todo el oro del mundo, ostente la Consejería de Empleo. Una especie de «herejía» que empañaría la trayectoria del PP y «su propia historia», es decir, la de Mañueco.
Algo imposible, imposible. Nadie como Zapatero y sus sindicatos verticales, pagados a peso de oro con los impuestos del contribuyente, han tenido una trayectoria tan herética e inaceptable para el pueblo que dicen defender. Imposible, imposible también lo que defiende el Ministro de Agricultura en la página siguiente de la foto: que tampoco nombre Mañueco Consejero de Agricultura a uno de Vox. ¡Qué jetas históricos, qué totalitarios al rescate!