Fiestas con la máxima responsabilidad y precaución
SEPTIEMBRE CIERRA EL verano y lo hace con un sinfín de fiestas, que llegan con un importante número ya de población vacunada pero, también, con el goteo constante y parece que interminable de contagios y, lo que es peor, de fallecidos.
En estas circunstancias son muchas las ciudades y poblaciones de Castilla y León que celebran su semana de ferias, ahí están Valladolid, Salamanca, Ponferrada, Medina, Aranda o Miranda, por citar sólo algunas de ellas. Y todas, sin excepción, lo hacen con una tasa de contagio en riesgo algo, cuando no extremo, como es el caso de Medina del Campo, Aranda y Miranda de Ebro.
Todos ellos cuentan con actividades programadas a lo largo de las dos primeras semanas del mes, lo que hace que estén condicionadas por las restricciones que aún están vigentes en la Comunidad, lo que sin duda limita y mucho las opciones de lo que se puede y no se puede hacer. Medina del Campo, en Valladolid, y Aranda de Duero y Miranda de Ebro, en Burgos, encaran los festejos con valores en sus tasas de incidencia que los colocan en nivel 4 o de riesgo extremo, ya que no han logrado contener el contagio en la misma medida que en otros puntos de la región.
Por eso ahora más que nunca se hace necesario apelar a la responsabilidad de todos, administraciones y ciudadanos, para que cumplan a rajatabla con las restricciones y que extremen todas las cautelas. Sólo así se evitarán brotes como el sucedido recientemente en la localidad vallisoletana de Peñafiel, por una evidente falta de control en sus ‘no fiestas’. El camino andado hasta aquí ha sido muy duro y ahora que todo apunta que se está al final de este largo y tortuoso recorrido de la pandemia del Covid no puede darse ni un paso atrás. Es cierto que se hace necesario que todos los sectores, sobre todo aquellos que más han sufrido y están sufriendo esta pandemia del Covid vayan recuperando su actividad, pero eso debe venir acompañado por la protección de la salud de las personas. Salud y economía deben ir acompasados, de la mano, y ahí las administraciones, todas sin excepción, tienen mucho que decir y, sobre todo, que hacer.
Y no sólo ellas, también los ciudadanos tienen su parte alícuota de responsabilidad. Todos son conscientes de lo pasado y y de cuáles son las medidas y las precauciones que deben aplicarse para evitar un aumento de los contagios. Esta es una tarea que compete a todos por igual, ciudadanos, administración y, por supuesto, todos los sectores que más se activarán en estos días festivos. Bienvenidas sean las ferias y las fiestas que, quizas, sean ahora más necesarias que nunca, pero siempre que lleguen de la mano de la máxima responsabilidad y precaución.