Diario de Valladolid

EDITORIAL

El desconcierto y las ocurrencias ante la incierta desescalada

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LO MÁS CLARO que nos han mostrado las autoridades desde que hace dos semanas se empezó a hablar de la desescalada es la falta de ideas claras y que su desconcierto tiende a la confusión entre la población. Los primeros, el gobierno, que son la máxima autoridad en esta materia y los que tendrán que dictar la normativa. Siguen sin aclarar nada, al margen de los cuatro criterios sanitarios exhibidos en el encuentro de expertos del viernes y que dio a conocer ayer este periódico. Castilla y León no  cumple ninguno de esos criterios sobre tasas de contagios y ocupación hospitalaria.

Pero los gobiernos autonómicos, como el de Castilla y León, tan exigentes con el de Pedro Sánchez, tampoco parecen aportar ninguna idea clara al respecto después de dos semanas. La propuesta de la titular de Sanidad, Verónica Casado, no se puede calificar más que de nueva ocurrencia. Y ya son unas cuantas en este periplo de lucha contra el coronavirus. 

Es evidente que resulta imposible acometer una desescalada por área de salud. Es algo que se desmonta pensando en que la gente puede vivir en un lugar y trabajar en otro. Son miles los que lo hacen. Es evidente que haría falta el ejército que desembarcó en Normandía para ejercer ese minucioso control por zonas básicas de salud. Y es evidente que las zonas básicas de salud no conjugan los cuatro criterios sanitarios fijados por el ministerio y que parece haber aceptado por buenos el comité de expertos de Castilla y León.

Es evidente que estamos ante una situación inexplorada e inimaginable. Pero precisamente por eso es pertinente que las autoridades, sobre todo las sanitarias, ejerzan la prudencia, la humildad y la cautela en las manifestaciones. Porque son las mismas autoridades que luego reclaman responsabilidad en las medidas de protección y confinamiento a los ciudadanos. 

Y la mejor manera de gozar de autoridad para solicitarlo es no transitar constantemente por la senda de las ocurrencias y la constante confusión.

No estaría de más que después de dos semanas quejándose de que el gobierno no ha ofrecido propuestas claras para la desescalada, el comité de expertos de Castilla y Léon, ofrezca su plan. Si es que lo tiene. Más allá del plan de quejas y lamentos que ya lo ha exhibido hasta la saciedad.

Castilla y León tiene que ser activo en la contribución a los planes e ideas de la lucha contra el coronavirus. Castilla y León y el resto de comunidades. Ese es el autonomismo útil. Porque en esta crisis también se está jugando la credibilidad y la eficacia del modelo político autonómico.

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