Diario de Valladolid

EDITORIAL

Sindicatos y patronal deben sentarse a negociar

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EN ESTA recta inicial del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, en que cada día se suceden las noticias, ayer le tocó el turno a las subidas salariales de los trabajadores, como días antes se dictaron las subidas a aplicar a los pensionistas y a los empleados públicos. El acuerdo alcanzado ayer en Madrid para la subida del Salario Mínimo Interprofesional este año, no es ni lo anunciado por la izquierda, pero tampoco tan bajo como aspiraba la patronal, alcanzando un punto intermedio. El acuerdo, en todo caso, es beneficioso por la fructificación del diálogo que supone, algo que parecía en vía muerta en todas partes y ayer mismo hacía amenazar a los principales sindicatos castellanos y leoneses con el inicio de movilizaciones.

La decisión salomónica del Estado de aplicar una subida equidistante entre el estado actual del SMI y las pretensiones sindicales abre un marco de referencia para la negociación en Castilla y León, que es donde debe trasladarse el espíritu de pacto que ayer fue posible en Madrid.

La patronal autonómica, englobada en Cecale, y los sindicatos más representativos en Castilla y León, UGT y CCOO, han de sentarse y hacer los deberes para alcanzar un acuerdo autonómico, ante la disyuntiva de que la conflictividad social salte a las calles.

Pero no solo hay que sentarse a negociar acuerdos salariales. Ahí está el fiasco de las negociaciones colectivas en Castilla y León en donde prácticamente la mitad de las empresas cerraron el año con los convenios aún pendientes. Este también ha de ser un objetivo que han de ponerse los agentes sociales y empresariales, con la mediación de la Junta de Castilla y León, que ha de jugar un papel de árbitro como lo ha jugado el Ministerio de Trabajo, con Yolanda Díaz al frente.

El impulso a la negociación colectiva y la mejora por los trabajadores de su poder adquisitivo han de trasladarse a la agenda de las instituciones autonómicas, como se ha trasladado el incremento retributivo de los empleados públicos, que rápidamente ha sido asumido por la Junta de Castilla y León y ayuntamientos como el de Valladolid. Esta agilidad en la traslación de los acuerdos ha de extenderse al resto de los trabajadores, mediante una negociación en la que ninguno de los actores principales pueda rehuir su responsabilidad. Que se eleve el listón salarial de los trabajadores, acorde con la recuperación económica, como se ha elevado el de los funcionarios y pensionistas, no es un objetivo nada descabellado, por lo que la disposición al diálogo debe imponerse.

Habrá reticencias y exigencias, pero lo que no puede faltar es la cultura del pacto y pactar significa ceder, dando un ejemplo que demuestre que, si se quiere, es posible dar a los castellanos y leones una legislatura presidida por la paz social.

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