Diario de Valladolid

JUAN CARLOS DE MARGARIDA

El valor del emprendimiento en una Castilla y León vaciada

Creado:

Actualizado:

Uno de los términos que ha ganado peso en los últimos tiempos es la ‘España vaciada’, esa España olvidada donde se encuentra Castilla y león. El reto demográfico preocupa a todos: pueblos cada vez con menos vecinos, industrias que deciden no asentarse en el medio rural, políticas ineficaces en materia de demografía… Incluso han llegado hasta el Congreso plataformas sociales que reivindican los derechos de las ciudades y regiones más olvidadas, como el caso de Teruel Existe.

La realidad económica y social es que la población está cada vez más envejecida, en donde los jóvenes emigran en busca de un mejor futuro para poder desarrollar sus planes de vida, dejando y acrecentando una Castilla y León vacía, no solo de personas, también de talento y de oportunidades.

Las instituciones, las empresas y las personas juegan un papel indiscutible ante el reto demográfico. Las primeras porque necesitan establecer políticas poblacionales y empresariales de ‘gran calado’ al objeto de sentar las bases de la estabilidad y del crecimiento tanto económico como social, mientras que las empresas son determinantes, debido a que son el motor de la economía y allá donde hay una empresa, hay vida. Y finalmente, las personas ya que con sus aptitudes y actitudes pueden lograr sostener el territorio y demostrar que la vida en el mundo rural es necesaria y gratificante. La realidad es que no acabamos de entender el medio rural como una oportunidad. La ‘España vaciada’ es un problema de todos, no solo de nuestra región, por ello, todas las administraciones deben dirigir sus esfuerzos a paliar este éxodo.

En este contexto surgen preguntas como ¿cuáles son las claves para fomentar un desarrollo rural con sentido que evite en gran medida la despoblación y el abandono de nuestro medio rural?, ¿qué conexión y complementariedad debe tener el mundo rural con el mundo urbano?, ¿cuál es el papel de las empresas frente al reto demográfico?, y finalmente ¿cuáles serían sus contribuciones y dificultades?

Las respuestas no son fáciles, ni siquiera sencillas. La verdad es que para fomentar la motivación por lo rural es necesario en primer lugar la implicación de los agentes del territorio y entender que las zonas rurales forman parte de un sistema en el que se encuentra, como actor prioritario, el mundo urbano, la ciudad, que ejerce una gran influencia originándose sinergias en los ámbitos comercial, turístico, social o ambiental entre otros, y que son necesarias para alcanzar el desarrollo social y económico deseado.

Uno de los factores determinantes para evitar la despoblación es la internacionalización, que es clave para crecer. La realidad es que existen dos claves para que un pueblo no se vacíe: que haya empleo y empresas rentables. A este respecto, para mantener el empleo, se necesita estabilidad empresarial y para incrementar el empleo se necesita crecimiento. Pero a la vez es determinante atraer talento, por lo que es necesario que profesionalmente en nuestras empresas seamos conscientes de que las ideas y modelos globales tienen más oportunidades, y para ello el talento, acompañado de emprendimiento, es clave.

Así mismo, una de las acciones necesarias a la hora de la internacionalización de la empresa son las exportaciones, pero es necesario tener en cuenta que no es lo mismo tener visión exportadora que tener visión internacional. Al mismo tiempo, es necesario emprender de forma sostenible entendiéndose por sostenibilidad cuando se realizan actividades que aportan algo a la sociedad, que sean amigables con el medioambiente y que sean equilibradas en lo económico promoviendo el crecimiento de las economías locales, nacionales o regionales.

En este contexto, el emprendimiento es la base que sustenta todas las políticas y acciones, así como el fin último de las personas que apuestan por el mundo rural. Cuántas localidades se mantienen gracias a ese polígono que acoge una serie de industrias, que a su vez están formadas por una plantilla de trabajadores de los municipios del entorno, creando riqueza que permite a la economía familiar ahorrar, pero también invertir, consumir ocio…, surgiendo así nuevos comercios, bares, restaurantes… La realidad es que es un ciclo que se retroalimenta, pero quien asienta los cimientos para construir una economía real, capaz de enfrentarse a cualquier reto, es el tejido empresarial, nuestros pequeños y medianos empresarios.

Para lograr que surjan cada vez más iniciativas de emprendimiento en Castilla y León se necesitan, evidentemente, emprendedores, personas valientes y arrojadizas que realicen una actividad que les ayude a vivir y a desarrollarse. En esta realidad, el papel de la mujer es determinante a la hora de fijar población y sobre todo para desarrollar un emprendimiento a nivel empresarial, familiar o social, ya que basar el avance de la mujer solo en las cuotas en la alta dirección es ignorar las necesidades de las empresas y el talento que ésta aporta, poniendo el acento en el cumplimiento de una ley que no apuesta por crear una cultura que valore a las personas y ofrezca igualdad de oportunidades.

Pero además existen otras realidades que no ayudan a reducir ese vacío territorial. El relevo generacional de las explotaciones agrícolas y ganaderas hay que ganárselo con apoyo institucional, pero sobre todo con creando ilusión y visos de estabilidad de la persona que apuesta por vivir en el mundo rural. Pero también existe una realidad que no ayuda para nada, como es el grave problema de la falta de conectividad en el mundo rural. Estas realidades, entre otras, trastocan el futuro inmediato de la actividad empresarial rural, así como el bienestar familiar, lo que conlleva a desestabilizar todas las políticas técnicas o humanas que se lleven a cabo para transformar la realidad decadente del mundo rural.

Por tanto, en la actualidad es del todo necesario el ir a un pueblo, trabajar para dar ideas para desarrollar proyectos locales que generen empleo y eviten la despoblación. Para ello, es necesario que los emprendedores en el ámbito rural visionen ideas que transformen en proyectos que garanticen un medio de vida y enriquecimiento de la sociedad en la que se crean. Sin embargo, es del todo necesario entender que el emprendimiento no es un oficio, sino que es una forma de entender el mundo y una experiencia de vida. Aceptar esto es el punto de partida en el desarrollo de una conciencia emprendedora.

En definitiva, el reto demográfico es un asunto de estado, donde todos los sectores deben intervenir. Los representantes políticos son los encargados de poner la primera piedra para solventar este problema, otorgando mayores ayudas a las empresas asentadas en el medio rural. Como decía el maestro Yoda en Star Wars, «hacer o no hacer. No sirve intentar, solo hacer».

tracking