Diario de Valladolid

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MUCHAS de mis incursiones por la belleza de la montaña palentina, con rutas extraordinarias en un paraje natural maravilloso, suelen acabar con una parada en Aguilar de Campoo para tomar un café y hacer alguna compra, normalmente galletas a pie de fábrica. En una ocasión, en la cafetería, un niño de diez u once años veía el partido de fútbol que daban en la televisión y le pregunté por su equipo preferido. La respuesta no la recuerdo, pero no fue sorprendente.

Posiblemente dijera el Real Madrid o similar, pero lo curioso es que empezó a dar los siguientes equipos con los que se identificaba y entonces dio un salto a lo local. No sé si el Palencia o el Club Deportivo Aguilar eran los siguientes, pero mencionó tres o cuatro nombres y concluyó diciendo que los siguientes eran el resto de equipos de Castilla y León. ¿Y del Racing de Santander? le pregunté para saber si el equipo que antaño representaba a una provincia de Castilla la Vieja seguía teniendo el predicamento que tuvo entonces entre los aguilarenses, siempre con mucha relación con los campurrianos cántabros y con la capital de Cantabria.

Puso cara de extrañeza, lo que me sirvió para comprobar que el paso del tiempo realiza cambios profundos. El sentimiento del chaval era netamente castellano y leonés, demostrado en una de las facetas de la vida donde actualmente más se remarca la identidad y el sentimiento de pertenencia al grupo, el fútbol. Recuerdo la anécdota porque en estos tiempos en los que se habla de la falta de sentimiento castellano y leonés y en la que surgen movimientos de separación en León, no parece que sean tan atinadas las aseveraciones que se hacen sobre los sentimientos.

Quizá valgan para los que peinamos canas, pero la cosa es diferente entre quienes ya nacieron en una autonomía con su bandera cuartelada de castillos y leones. El tiempo y la educación influyen. Así que los hombres de mañana seguro que tendrán más identidad castellano y leonesa que los de hoy. La única duda surge en la provincia leonesa, cuya separación a día de hoy parece poco probable, lo que no significa que no exista un problema a resolver y que en este caso el tiempo puede jugar en contra. Así que hay que aprovecharlo para conseguir que los niños leoneses sean de la Cultural o de la Ponferradina y después del resto de equipos de Castilla y León, como el pequeño aguilarense. Eso requiere cierto esfuerzo y merece la pena hacerlo.

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