Diario de Valladolid

EDITORIAL

Unos presupuestos a los que aún resta recorrido inversor

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LA EJECUCIÓN PRESUPUESTARIA de la Junta refleja un ritmo inversor que ofrece altibajos. A expensas de las cifras que arroje el resultado definitivo cuando se conozcan los datos de diciembre, el gobierno de la Junta cierra el ejercicio con una ritmo inversor que supera a duras penas la mitad de lo que se había previsto, eso sí en unas cuentas prorrogadas.

La Junta ha tenido que ejecutar un presupuesto ya de por sí antiguo, el de 2018, elaborado en 2017, que los actuales gobernantes no han podido actualizar y rediseñar a su gusto, por lo que han tenido que tirar para adelante con un documento que forma más parte del pasado que del futuro. Por si ello fuera poco, el vacío de poder en el Estado con gobiernos en funciones ha generado incertidumbre y muchos problemas que no lo han puesto fácil.

Incertidumbre porque la aparcada reforma del modelo de financiación no acaba de despegar y problemas porque el largo periodo de gobierno en funciones ha congelado las transferencias, cuando no simplemente el Estado ha dejado de transferir tributos como el IVA.

La Junta puede esgrimir estos argumentos como atenuantes, ante una relativamente baja ejecución de las inversiones y las subvenciones. Y no le faltara razón en hacerlo porque se trata de causas reales y constatable, no de opiniones. Pero no lo es menos que, ante esa situación, desde el Ejecutivo autonómico, se está en obliagación de llevar acabo un esfuerzo añadido para que el gasto se cumpla en su totalidad y lo más rápidamente posible, ya que hay una cierta desaceleración económica encima y el papel de las administraciones ha de ser muy activo.

En un contexto de enfriamiento de la economía, el papel de las administraciones públicas es capital a la hora de inyectar recursos que la dinamicen, por lo que no solo importa el volumen de los mismos, sino la celeridad con que se ejecuten, obviamente dentro del año presupuestario correspondiente.

Seguramente los datos finales de 2019 mejoren sensiblemente cuando se conozca el dato de diciembre. Es momento de pensar en el 2020 que acaba de empezar, con un gobierno central ya constituido y el propio ejecutivo de la Junta agotando ya el período de rodaje. Es momento de que haya unos presupuestos autonómicos propios para 2020 para que la interinidad acabe en todos los sentidos y que el actual gobierno interprete su propia partitura y no la de sus predecesores.

Sea como fuere, a los actuales aún les resta un importante recorrido inversor que es preciso impulsar porque sino sólo serán carne de papel.

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