Diario de Valladolid

Redacción de Valladolid

Estremecedor silencio

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¿SE ACUERDAN de Pérez Villar, el exconsejero de Economía del PP cuando Aznar gobernó Castilla y León? Fue condenado a ocho años de inhabilitación por conceder 550 millones de ¡pesetas! en subvenciones a empresas mineras de la patronal Apema, a la que asesoraba su esposa. Esto ocurría hace 30 años.

Lo traigo a colación por la demoledora sentencia de los ERE de Andalucía. Aquí hablamos de 679 millones de ¡euros!; de condenas para dos expresidentes, cuatro exconsejeros y otros 13 exaltos cargos. La corrupción se sentó durante años en el Consejo de Gobierno socialista de Andalucía, la comunidad más atacada por el paro. Los condenados formaron parte de un sistema arbitrario que «permitía el enriquecimiento de las empresas» en supuestas situaciones de crisis con fondos públicos que no siempre fueron a los más necesitados.

La sentencia demuestra la existencia de un sistema «fraudulento» e «ilegal» de concesión de ayudas para desempleados, que eludía cualquier fiscalización. Un «descontrol absoluto» sobre los fondos públicos mediante un convenio que nunca se publicó en un ningún diario oficial. Todo para lograr una ficticia paz social y «acallar» las protestas en una comunidad donde el PSOE instaló durante décadas un sistema clientelar de ayudas. Un durísimo alegato judicial sobre cuyo contenido no he visto ningún ápice de crítica, autocrítica o petición de perdón en el PSOE. Al revés; la doctrina oficial es que ya pagaron por su salida del partido y que ninguno se ha enriquecido. No hablan de los que se han empobrecido por culpa de esta opaca forma de dar subvenciones.

De la derecha me esperaba cualquier cosa, porque aún están en ese supuesto duelo de haber ‘gozado’ en sus entrañas la corrupción de sus colegas. El silencio de Sánchez, la benevolencia de Iglesias y el mutismo de patronal y sindicatos con el uso perverso de fondos para trabajadores de empresas en crisis no invita al optimismo. Mañueco, que sabe mucho de la corrupción del PP porque presidió la comisión de garantías en los años de mayores escándalos, ha aprovechado para preguntar a Tudanca (PSOE) si «la alternativa decente» es «robar a los parados». En otros momentos, su silencio era locuaz.

Decía Luther King que «nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos». Aún confío en que quienes arremetieron con razón contra los Pérez Villar en la época de Aznar, se atrevan ahora a descalificar sin ambages a una cúpula socialista andaluza impregnada de corrupción.

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