Diario de Valladolid

EDITORIAL

Nadie debe bajar la guardia en la prevención de riesgos

Creado:

Actualizado:

EL AUMENTO de la ocupación, como consecuencia de la recuperación del empleo tras la crisis, está provocando un aumento de los accidentes laborales en Castilla y León. En los últimos años se ha producido una cierta relajación de la prevención de riesgos, un asunto que lamentablemente ha estado en un segundo plano y que ha llevado consigo falta de inversiones en seguridad y una menor conciencia del problema.

Sin embargo, asistimos a un importante incremento de los accidentes. El año 2018, Castilla y León registró 59 accidentes mortales, quince más que el año anterior. En el primer semestre, fueron 19 los fallecidos en la Comunidad y todo apunta a que esta cifra se puede duplicar a final de año. En esta coyuntura adversa, las infracciones graves y muy graves han aumento casi un 14%, según la Consejería de Empleo e Industria. Han pasado de 331 a 337. Son sólo los casos en los que la autoridad laboral tiene conocimiento del incumplimiento de la seguridad. En muchos otros casos, estos incumplimientos de la legislación pueden darse sin que trascienda la infracción.

Es necesario poner coto a este repunte de la siniestralidad, ya que se pueden ir de las manos si no se toman las medidas oportunas en el seno de las empresas y por parte de empresarios y trabajadores. El informe del que se hace eco hoy este periódico revela que las faltas muy graves , aunque sean pocas, se han duplicado en el primer semestre, lo que da una idea del reto al que nos enfrentamos.

Es un hecho, que una parte importante de los fallecidos en accidente laboral se produce in itinere, en el camino al trabajo o al salir de éste. Este tipo de siniestralidad laboral ha ido aumentando en los últimos años y es necesario atajar las causas.

Las administraciones están poniendo muchos recursos para atajar el problema. Junto a empresarios y sindicatos se han marcado el reto de «siniestralidad cero». Sería recomendable analizar si son suficientes los recursos, si se están utilizando adecuadamente y si las medidas implantadas en los planes de prevención son las adecuadas o es necesario acometer nuevas en una coyuntura de aumento del empleo. La formación en prevención en los sectores y empresas con mayor volumen de accidente nunca será demasiada. Es preciso también abordar si un aumento de la precariedad o del estrés está en el origen de ese aumento de la siniestralidad.

Reforzar la información pública sobre los motivos de los accidentes y mejorar la estadística puede contribuir también a reducirlos, sobre todo porque elevaría la conciencia sobre una auténtica actitud preventiva.

En definitiva, hay mucho por hacer porque hay demasiados accidentes laborales. Ni se puede ni se debe bajar la guardia. También sería positivo reforzar las labores de inspección y que las infracciones que deriven en multas se paguen y esos fondos se destinen a formación.

tracking