Junta y sindicatos retoman la negociación de las 35 horas

JUNTA de Castilla y León y sindicatos de la función pública retomaron ayer las negociaciones para alcanzar un acuerdo sobre la implantación de las 35 horas. Con el presidente del Gobierno regional como interlocutor directo, los contactos no solo se recuperaron tras la ruptura del último encuentro, sino que ambas partes se han emplazado a una próxima reunión dentro de diez días.

Es preciso valorar positivamente el hecho de que los dos interlocutores vuelvan a la mesa de negociación, a pesar de que ayer no hubo ningún avance concreto ni apenas una propuesta que pueda vislumbrar un acuerdo cercano.

Los sindicatos demostraron altura de miras al sentarse a negociar después de que se hubiera producido un incumplimiento de los acuerdos para aplicar este año la jornada que los empleados tenían antes de la crisis.

Ambas partes deben en los próximos días acercar posiciones con el fin de evitar esa convocatoria de huelga que puede hacer daño a la Comunidad.

El realismo debe imponerse. La Administración está obligada a fijar un horizonte cercano para cumplir el compromiso firmado. Las centrales sindicales han de ser consecuentes y pacientes, y dar nuevamente pruebas de la madurez que les caracteriza en esta Comunidad autónoma.

Nadie puede negar que se trata de un acuerdo firmado que obliga a las partes, pero en una sociedad con los recursos tan limitados hay muchos compromisos que finalmente no pueden acometerse en los plazos y el ritmo que todos quisieran.

Por eso, el hecho de que se mantenga la negociación es un buen síntoma, necesario pero no suficiente. Ypara ello, es preciso soldar todos los puentes, dialogar mucho y comprender las posiciones del otro. También ser consciente de que cumplir el acuerdo no es posible de la noche a la mañana y cualquier esfuerzo de acercamiento debe ser valorado.

En ese sentido, el documento que la Junta prometió para los próximos días debe ser sensible con las reivindicaciones de los empleados públicos, pero los representantes de este colectivo deben asumir también que los servicios sociales no se tienen que resentir. El balón de oxígeno que representa el hecho de que el Gobierno vaya a liberar los fondos de las entregas a cuenta debe también servir de estímulo para poner encima de la mesa una propuesta que sirva para aproximar posturas.

Junta y sindicatos tienen más de tres semanas para buscar una solución al conflicto. Ambas partes constataron ayer la «buena voluntad» del contrario. Ahora hace falta dar un paso más en el necesario entendimiento, conscientes de que están en juego no solo los intereses de los empleados públicos sino los de todos los ciudadanos de esta Comunidad.