Huelga contra Mañueco
A MENOS de cien días de que Mañueco tomara posesión de la Presidencia de la Junta de Castilla y León, CCOO, UGT y CSIF le han convocado una huelga. Los tres sindicatos acusan al Gobierno regional de incumplir el acuerdo de recuperar las 35 horas de jornada laboral de los 85.000 empleados. El ‘patrón’ de la empresa con más empleo de la región se niega a implantar lo que firmó el número dos del anterior ejecutivo autonómico de su partido, José Antonio de Santiago-Juárez.
En este conflicto hay mucho de desidia, deslealtad e incoherencia. Me cuentan altos cargos de la Junta que las principales consejerías afectadas -Sanidad y Educación- no habían preparado nada para evitar que se resintieran esos servicios sociales con el recorte horario y que han tardado semanas en que los responsables de Función Pública anteriores y actuales se sentaran para ejecutar el pacto. Eso se llama desidia.
El marrón se lo va a tragar Mañueco, que encima presume de diálogo, porque los antecesores de su partido, el PP, no hicieron los deberes. Ni el extitular de Sanidad, Antonio Sáez; ni el exconsejero de Educación, Fernando Rey; ni el locuaz exresponsable de la Presidencia, De Santiago-Juárez hicieron a tiempo sus deberes. Eso es falta de respeto y deslealtad. Me pregunto si Mañueco, que era y es presidente del partido, no se enteró o no le comunicaron el marrón que heredaba.
Porque, si no rectifica a tiempo, no le queda más remedio que asumir que incumple lo pactado por un Gobierno de su propio partido. Incumplir un acuerdo laboral en la mayor empresa de la Comunidad manda un mensaje negativo al sector privado: «empresarios, si yo no cumplo no pasa nada si no cumplís lo que firmáis».
Tampoco están a la altura de lo que se les presume los máximos dirigentes de CCOO y UGT, Vicente Andrés y Faustino Temprano. Al día siguiente de que la Junta diera la espantada y rompiera la negociación con sus colegas de la función pública, los dos dirigentes (y sus equipos) se reunían en secreto con los consejeros de Economía y de Empleo para negociar acuerdos de Diálogo Social, lo cual ha creado tensiones y malestar interno. Incoherente, bochornoso y desleal.
Tengo dudas de que la huelga del 6 de noviembre, a cuatro días de las elecciones generales, vaya a ser un éxito total porque algunos colectivos convocados no se caracterizan por defender sus derechos. Al menos, ayer salieron a las calles. Lo que no tengo dudas es de que Mañueco, si no lo resuelve a tiempo, quedará marcado como el máximo responsable de un fiasco sin precedentes en la Comunidad.