Diario de Valladolid

EDITORIAL

La necesidad de cuidar el gran patrimonio del Duero

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LA CONFEDERACIÓN Hidrográfica del Duero (CHD)ha abierto en el primer semestre del año 115 expedientes sancionadores por vertidos ilegales. Se trata de un volumen elevado de posibles sanciones, ya que son más que las impuestas en todo el año pasado.

El organismo de cuenca advierte de que este incremento no se debe a que se esté produciendo un aumento tan considerable de estas prácticas ilegales, sino a que este año se ha añadido un nuevo equipo, formado por tres personas, a las labores habituales de inspección y toma de muestras.

Ni el número ni el aumento, en el caso de que sea ésta la razón, son relevantes; sobre todo, porque la mayoría son consideradas infracciones leves. La apertura de expedientes afecta a todas las provincias por donde pasa el Duero. Además de estas sanciones por vertidos ilegales, la Confederación Hidrográfica abrió en el primer semestre del año 95 expedientes sancionadores por riegos ilegales, la mayoría por hacerlo sin la debida concesión administrativa.

La CHD evita dar datos de la cuantía recaudada, una falta de transparencia que debería formar parte de usos y costumbres del pasado porque se trata de fondos públicos en una institución del Estado.

La Confederación del Duero es un organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica encargado de la gestión de las aguas en la cuenca de este río, que es en su mayoría un gran patrimonio natural de Castilla y León, a pesar de que atraviesa varias comunidades autónomas más e incluso territorios de Portugal.

El agua es un bien escaso que hay que proteger y cuidar y, como gran patrimonio natural, es preciso prestar al Duero toda la atención que requiere un territorio nada menos que de 83.400 kilómetros.

Sólo el valor que tiene para las economías agrarias, para el turismo y para el medio ambiente merece una atención especial, al tiempo que requiere una adecuada gestión, a fin de promover el ahorro y la eficiencia económica y ambiental de los diferentes usos del agua, así como una correcta planificación.

Castilla y León intentó hace años sin éxito asumir esta competencia, pero los tribunales no dieron la razón a la Comunidad autónoma.

En cualquier caso, hay argumentos suficientes de peso para que haya un control estricto del uso del agua con el fin de proteger los intereses de los ciudadanos y de las próximas generaciones.Las fortalezas y oportunidades que presenta el Duero son numerosas. Lo que hace falta es poner coto a quienes desprecian este gran patrimonio natural y sólo piensan en estrechos intereses personales.

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