Diario de Valladolid

Redacción de Valladolid

La farsa de los impuestos

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QUE levante la mano los que quieren que les suban el sueldo. Todos. Que levanten la mano los que quieren que les suban los impuestos. Nadie. La Junta ha iniciado el trámite de consultas para eliminar los de sucesiones y donaciones entre familiares directos. Nunca hubo tanta participación en la página de Gobierno abierto. Ganan los que quieren suprimirlos. Lógico. Que consulten ahora sobre la falta de médicos, las listas de espera, el abandono escolar, los libros de texto, las residencias y servicios para mayores… No hay dinero para todo, Castilla y León ha multiplicado por cuatro la deuda en diez años, la morosidad en el pago a proveedores empieza a crecer y los indicios de otra crisis amenazan todos estos servicios públicos. Ya dijeron los expertos que el modelo de financiación necesita más recursos, más fondos.

Ni el Partido Popular de Mañueco ni el partido Ciudadanos de Igea hablan claro en materia fiscal. Sus programas electorales son similares, pero ambiguos y nada transparentes en plazos y cuantías. Hablan de bajar el IRPF, pero no dicen a quién ni en cuánto ni cómo suplir esa recaudación. Se delatan más al prometer suprimir sucesiones y donaciones a los familiares más directos. Son 200 millones de ingresos menos, que solo benefician a los más ricos (815 en herencias superiores a 400.000 euros); a los que más empatizan con la derecha.

Bajar impuestos está de moda. El catecismo liberal dice que es bueno porque el dinero está en manos de la gente y no del Estado. Su dogma es que los emprendedores invertirían más y se crearía más empleo. Una falacia desmentida ya en EEUU y cuestionada por el prestigioso sindicato de técnicos de Hacienda Gestha. Bajar impuestos es en demasiadas ocasiones impulsar las desigualdades y acrecentar los recortes.

Los grandes servicios sociales dependen de los ingresos por IRPF, IVA y sociedades, y de un injusto modelo de financiación. Las bolsas de fraude mayoritario están en las grandes fortunas que ocultan su dinero en paraísos fiscales. La presión fiscal en España es del 35%, seis puntos menos que la media europea. Las rentas del trabajo pagan un 35,6% y las del capital, un 10%.

El Tribunal Constitucional ha dejado claro que los impuestos deben servir también para asegurar una mejor distribución de la renta. Gastar más y mejor en sanidad, educación y dependencia es hacer una sociedad más igualitaria. Los que quieren bajar impuestos a los ricos buscan lo contrario. La moda de bajar impuestos es toda una farsa si no se dice con claridad a quién, cómo y su repercusión. Si bajan impuestos, digan el impacto que tendrá en los más vulnerables.

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