Diario de Valladolid

EDITORIAL

Clamor ciudadano para urgir la culminación de la A-11

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Más de 2.000 personas repartidas en medio millar de vehículos procedentes de Soria, Burgos y Valladolid, escenificaron ayer la lentitud con la que se ejecutan las obras de la Autovía del Duero (A-11) con una marcha al ralentí que tuvo como principales puntos de partida la capital soriana y el municipio vallisoletano de Peñafiel.

Turismos, motos, furgonetas... colapsaron durante unas horas la Nacional 122, provocando retenciones de hasta 15 kilómetros, al circular al mínimo permitido por la ley, es decir, por debajo de los 60 kilómetros por hora. A su paso, vecinos de los pueblos que cruza la carretera se sumaron a la protesta con aplausos y gritos de ánimo y la exhibición de pancartas reivindicativas.

Era una medida más de presión en la larga lista de movilizaciones que los principales afectados por el retraso en esta importante e indispensable eje vertebrador para la Comunidad llevan realizando durante meses para urgir la autovía más reclamada y más abandonada por la clase política.

No solo la más abandonada en Castilla y León, sino la infraestructura que más ríos de tinta ha hecho correr desde que arrancara u ejecución hace ya más de 30 años y que fue declarada como autovía de interés estratégico en 1993 por el Ejecutivo autonómico. Desde entonces, los sucesivos gobiernos del PP y del PSOE que se han sucedido en estos años han ido dilatando un proyecto indispensable para unir el Este y el Oeste de la Península Ibérica, por distintas razones, y con múltiples excusas que, a estas alturas, ya no tienen un pase.

Así lo expusieron ayer los participantes en la marcha lenta, que culminó con una concentración en Aranda de Duero. En el municipio burgalés, representantes de los colectivos ‘Soria Ya!’, ‘A 11 Pasos’ y la ‘Plataforma Aranda de Duero por las Infraestructuras’, leyeron un duro manifiesto con el que pretendían poner voz al medio millón de ciudadanos que reside en las ciudades y pueblos que atraviesa la Nacional 122, lo que representa el 21% de la población de Castilla y León.

Por medio de este manifiesto, los concentrados expresaron su «cansancio, hartazgo y hastío» por el lentísimo ritmo de las obras, al tiempo que denunciaron las «promesas incumplidas» y advirtieron de que no consentirán a los gobernantes que sigan «tomando el pelo» a la población «con sus mentiras y su palabrería». Tras recordar la densidad del tráfico y la peligrosidad de esta vía, exigieron «de una vez por todas voluntad política, consenso, agilidad burocrática y dotaciones presupuestarias suficientes» para finalizar la autovía.

Ni que decir tiene que los asistentes a esta concentración están cargados de razones y lo que hace falta, de una buena vez, es que el próximo Gobierno atienda el clamor popular por la Autovía del Duero.

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