La consejera de Sanidad se despide de sus pacientes

QUE LA MEJOR MÉDICO del mundo va a ser la consejera de Sanidad de Castilla y León ya lo sabe hasta el que asó la manteca. Si hasta se ha despedido de sus pacientes. Y además está encantada por mucho dramatismo y teatralización que le ponga a la aceptación del cargo. Pero eso no quita para que se autoanuncie ella misma como consejera cuando todavía no hay ningún consejero anunciado oficialmente, aunque la gran mayoría es previsible y ya los hemos contado en este periódico. La doctora Verónica Casado, desaparecida para los medios de comunicación de la región desde hace un par de semanas, cuando se avanzó su quiniela, apareció ayer en un portal médico que leerán los médicos que lo lean para anunciarse como sucesora de Antonio Sáez Aguado, mientras ni PP ni Ciudadanos quieren confirmar ningún nombre hasta que no estén todos tras haber encallado en alguno.

La doctora Casado tan solícita en otros tiempos para salir a sacudirle sin piedad al que será su antecesor, el citado Sáez Aguado, ahora no aparece por ningún lado para los medios de comunicación de Castilla y León pero sí tiene tiempo para deslizar su mensaje, envuelto en algún embuste, en un portal médico para médicos que leen los médicos que lo leen cuando lo leen. Muy endogámico todo, si no fuera porque a quien va a servir es a los ciudadanos y no a los médicos. Los segundos ya se encargarán de darle la lata con insistencia y con las demandas que hasta ahora comparte la futura consejera. Los ciudadanos, sin embargo, lo único que harán es exigir que se cumplan sus derechos a ser iguales, residan donde residan, para acabar con el desequilibrio sanitario que se ha instalado en Castilla y León, ese que, sin ser vascos ni catalanes, impide que todos seamos iguales ante las listas de espera.