Diario de Valladolid

EDITORIAL

Un primer incendio que debe poner en alerta el operativo

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NO FALLA. LLEGAN las altas temperaturas y comienzan los incendios. Y Castilla y León ya tiene el primero de envergadura en el Valle del Tiétar abulense. Parece claro que este gran incendio viene a alertar de la necesidad de mantener el operativo de incendios al máximo nivel.

El trabajo de los brigadistas, los verdaderos héroes cada vez que las llamas atacan y vienen a devorar el monte, es encomiable. Ellos mejor que nadie saben y conocen cómo atacar y atajar las llamas, a través de los diferentes frentes que se despliegan.Por eso, su labor tiene que ser reconocida y valorada como lo que realmente es, el ariete que mira cara a cara a las llamas para decirles con claridad que las van a combatir.

Desde la Consejería de Fomento y Medio Ambiente se asegura que los medios que están operativos y activos en la actualidad son los suficientes. Y, dicho así, no hay por qué ponerlo en duda.Pero lo que tampoco puede hacerse es echar en saco roto las advertencias, ahora transformadas en críticas, que llegan de boca de los sindicatos. Entre otras cosas porque ellos conocen el trabajo que se desempeña y también, por qué no decirlo, saben quizás mejor que nadie cuáles son los déficits con los que trabajan y cuántos a mayores necesitan para poder combatir mejor las llamas de los incendios.

Por eso, más allá de las declaraciones de unos y otros y de sus controversias es necesario, obligado, que se sienten aquellos que tienen algo que ver y que decir en el operativo y se exponga la situación. Sólo así podrá hacerse un diagnóstico real de en qué punto se encuentran. Y eso es algo que debe hacer la consejería. Es a ella a la que le corresponde esa labor de coordinación de todos y cada uno de los que están involucrados. Entre otras cosas porque a buen seguro ninguna de las partes, ni la administración ni los sindicatos, están en posesión de la verdad absoluta. Los dos tendrán su parte alícuota o no de razón y estarán equivocados en algunos de sus planteamientos.

Por eso es hora de sentarse. La administración no puede hacer oídos sordos, año tras año, a las quejas que llegan desde las diferentes organizaciones sindicales y de profesionales. Entre otras cosas, porque casi siempre son las mismas, temporada tras temporada.

Dicho esto, lo que nunca se puede poner en duda, al contrario debe valorarse, es el enorme trabajo, el esfuerzo y la dedicación de los brigadistas, de aquellos que se enfrentan y se exponen ante las llamas. Son profesionales y precisan de los medios adecuados para llevar a cabo su trabajo.

Para lo que tiene que servir este primer gran incendio del Valle del Tiétar es para poner en alerta a todo el operativo y, sobre todo, para corregir sus posibles deficiencias.

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