Una batalla por etapas

En las páginas de historia pocas son las guerras que se ganaron desde el alba hasta el ocaso. Apenas un caso, la guerra anglo-zanzibariana (que duró 45 minutos), hace de la excepción la regla. Las victorias con mejor sabor son aquellas que se trabajan desde la estrategia y el sufrimiento. El enemigo del vallisoletano Sergio Monge no es, ni siquiera, su enemigo, es el del pequeño Nacho, un joven afectado por la enfermedad de Dent, que afecta a 200 personas en todo el mundo. Desde que conociera a su madre en la Titán Desert, este ciclista aficionado ha hecho suya la batalla por la que pelea Nacho todos los días.

Monge se viste una vez más con el maillot de líder de solidaridad. Será la séptima vez que se suba al sillín por una buena causa. Antes, lo hizo enfrentándose al desierto en la Titan Desert (por partida doble), pedaleando 24 horas con rodillo (el equivalente a los 711 kilómetros que separan Valladolid de Barcelona, donde vive Nacho), midiéndose a las estepas de Mongolia en la Mongolia Bike Challenge o instaurando un nuevo récord del mundo en modalidad rodillo-velódromo, cubriendo en la Cúpula del Milenio durante una semana 3,397 kilómetros. En múltiples ocasiones ha llevado de la mano hasta el límite su fortaleza física y mental. Todo por intentar sumar fondos para Asdent y ayudar a la investigación de una enfermedad rara que su segunda fase precisa de 1 millón y medio de euros.

Desde que comenzara esta aventura solidaria en 2014, ha logrado sumar a la causa más de 30.000 euros, una cantidad que quiere engrosar hasta los 50.000, precio de un ratón genéticamente modificado para investigación de esta enfermedad, con su último reto: cubrir por etapas Valladolid y Amsterdam del 7 al 15 de agosto. «Es un reto muy distinto a todo lo hecho hasta ahora. Físicamente es más light, pero no sé cómo me va a afectar estar 15 días sólo en la carretera», confiesa Monge.

El ciclista explica que necesitaba otro formato de reto: «El rodillo no nos permitía hacer más de lo que ya hemos hecho. Esto es distinto a todo lo anterior. Quiero seguir ayudando a la causa, pero ahora sólo puedo entrenar dos horas diarias, no ocho como cuando me preparaba para el Guiness», reconoce. Cubrir los 1.756 kilómetros que separan Valladolid de la capital europea del ciclismo también supone un reto que puede ser muy beneficioso para la investigación del Dent. El vallisoletano sólo tendrá un presupuesto de 500 euros para los 16 días que durará el viaje: «Montarlo costará cuatro duros. A poco que recaudemos será muy efectivo. Dormiré con un saco de dormir donde pille, va a ser un poco como Indiana Jones. Si lo hiciéramos en hoteles perdería su gracia», admite.

Varios compañeros ciclistas ya le han informado que le acompañarán hasta la frontera con Francia. A partir de ahí hará en solitario un ‘tour’ con paradas en Poitiers, Burdeos, Tours, Orleans, París (recreará la histórica etapa Paris-Roubaix), Lokeren o Amsterdam, lugares donde llevará la palabra del Dent y donde dará a conocer a la población la existencia de esta enfermedad rara: «Queremos dar una difusión con esto. Yo voy a llevar a mi Nacho (un peluche realizado por las niñas de Alcazarén) conmigo y allí donde vayamos, bodegas, viñedos, ciudades... lo llevaremos para dar visibilidad a esta enfermedad», confiesa.

Además, Sergio Monge quiere aprovechar su viaje por Europa para algo más. La oportunidad de ver paisajes, entornos y lugares desde otro prisma puede (y debe) ser la semilla en la que germine un nuevo proyecto; un libro que le gustaría publicar para continuar sumando fondos a la causa de Asdent, de la que se ha convertido paladín. «Hay mucha gente que coge su reto y lo hace por el Dent, pero no conozco a nadie más que lo tenga siempre en su agenda, que haya hecho del Dent su causa», confiesa el vallisoletano.

El Valladolid-Amsterdam es el capítulo piloto de una nueva serie de retos. Si el resultado es positivo, le seguirían secuelas con destino a Londres o a Roma y, tal vez, el tiempo vuelva a servir a Sergio Monge una nueva participación en la durísima Titan Desert o en la Mongolian Race, Himalayas que no descarta volver a escalar si el tiempo lo permite. Todo por coronar la montaña de la investigación contra la enfermedad de Dent.