La vivienda recupera pulso sin los excesos de la burbuja
CASTILLA y León cerró el año pasado con casi 26.000 viviendas vendidas, un 13,3% más que en 2017, según el MInisterio de Fomento. Es el quinto ejercicio consecutivo de aumento de las operaciones y representa la mitad de las operaciones registradas en 2006, que fue el año techo en venta de pisos.
El dinamismo del sector inmobiliario regional está en niveles medios de las comunidades autónomas, lo que supone un síntoma de equilibrio y recuperación del consumo y de confianza en la economía.
El informe del Ministerio de Fomento sitúa a Castilla y León en los lugares de cola del precio medio de vivienda, aunque la subida sea ligeramente superior precisamente porque la Comunidad está lejos de las que sufren una especulación mayúscula y creciente, como sonMadrid y las islas.
No obstante, es un hecho que el precio medio de todo tipo de viviendas es superior al IPC y la tendencia alcista parece de nuevo imparable.
Sin embargo, el peso de las ventas de viviendas nueva sobre el total es mínimo y son las de segunda mano las que acaparan el grueso de las transacciones. Esto puede deberse a que el stock de pisos de primera mano que dejó la crisis tarda en agotarse y a que los promotores no ven todavía la suficiente capacidad de compra de los consumidores como para aumentar las operaciones.
Los registradores de la Propiedad han certificado en su último informe una cierta ralentización en la venta de pisos, a pesar de que los créditos hipotecarios siguen en niveles bajos y continuarán así a tenor de la decisión de ayer del Banco Central Europeo de mantener los tipos en el cero por ciento y retrasar la subida hasta finales de este año.
La vivienda es un sector económico importante para la economía regional y el empleo, pero también es un derecho constitucional que debe cumplirse. Es compatible atender ambos intereses para que nadie quede excluido y sin posibilidad de tener una vivienda digna.
Que la vivienda recupere el pulso y siga lejos de los volúmenes inasumibles de la burbuja inmobiliaria que contribuyó a la mayor crisis del país es positivo. Sobre todo, en una comunidad donde los precios están aún en niveles moderados.