Diario de Valladolid

‘Medicis’ en el tatami

El club vallisoletano logra reunir 1.500 euros para ayudar a la medinense IsabelFernández (campeona del mundo de parakarate), a pagar los 7.000 euros que cuesta una nueva silla de ruedas para la competición

La parakarateca realiza la kata con la que consiguió el oro en el Campeonato del Mundo.-E.M.

La parakarateca realiza la kata con la que consiguió el oro en el Campeonato del Mundo.-E.M.

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Guillermo Sanz

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Todo genio del Renacimiento tenía detrás una mano que financiaba el arte. La que patrocinaba lo que salía del imaginario de Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel o Donatello firmaba con el apellido Médici. La figura del mecenas ha cambiado con el paso de los siglos, pero no ha muerto. A pequeña o gran escala, son muchas las personas que invierten en talento. Sin ellas sería difícil que éste creciera. El Club Budokan, por ejemplo, ha querido convertirse en los humildes mecenas de la campeona del mundo de parakarate: Isabel Fernández.

Detrás de la medalla de oro conseguida el pasado noviembre, se esconde muchas horas de trabajo y poco retorno económico. Una silla de competición tiene un coste de 7.000 euros, una cantidad difícilmente asequible para un deporte como el karate, donde el talento no se paga con dinero. «Por la medalla de oro no he cobrado nada, porque como no es paralímpico no hay dinero. Recibiré alguna ayuda en 2019 y las cobraré en 2020», explica Isabel Fernández.

Desde Valladolid y, sobre todo, desde Medina del Campo, donde empezó con cuatro años a practicar karate, se pusieron manos a la obra cuando supieron que la campeona del mundo necesitaba un ‘trono con ruedas’ como se merecía la reina del mundo de las katas. «Fui a Medina después del Mundial, porque me dieron una placa. Me encontré con José Alonso (la persona que la entrenó de pequeña) y le comenté que había hecho un crowfounding para poder pagarme la silla y empezó a maquinar», bromea.

El sorteo de dos camisetas de la selección española fueron la combinación de una caja fuerte con 1.500 euros en su interior, fruto de un sorteo que ha ayudado a Isabel a conseguir esa silla deportiva. «Por fin he conseguido el dinero para la silla. Estaba compitiendo con la vieja silla de paseo de 15 años de antigüedad de un jugador de baloncesto en silla de ruedas de 1,90... me sobraba cuatro centímetros por cada lado... pero no iba a hacer una inversión sin saber cómo se me iba a dar el karate», explica la karateca.

El karate demostró su cara amable. A pesar de vivir en Toledo desde los ocho años, Isabel Fernández sigue siendo para Budokan aquella niña que vestía karategui en Medina. Por ello la quisieron premiar a su campeona del mundo. «Ella dijo que necesitaba una silla muy especializada y que requería una inversión muy grande, más siendo karateca, que es un deporte amateur», explica Carlos Garrachón, responsable del club Budokan.

El Europeo de Guadalajara del 28 al 31 de marzo será el momento de poner en acción su nueva silla. «Ahora voy con más presión que al Mundial. Allí iba a ver qué salía, ahora tiene que salir bien», bromea Isabel Fernández.

La parakarateca ha conseguido en cuatro meses adaptarse al tatami sobre una silla de rueda. De novata a campeona mundial en tiempo récord. La artrosis que sufre no la han impedido ‘reciclar’ a esa karateca que se colgó dos bronces nacionales en 2005 y 2006 a una nueva modalidad de karate. «Desde pequeña aprendes que la fuerza pasa por el talón y la cadera. Aquí sólo tiras del tren superior. Tuve que reaprender», explica.

Ese talento innato para gobernar el tatami lo compartió con los alumnos de Garrachón en el centro de tecnificación de Río Esgueva, que pudieron disfrutar de la kata campeona del mundo y de una clase con Isabel Fernández. «La experiencia ha sido muy buena en todos los aspectos. Yo llevo 50 años en el karate y era mi primera experiencia con el karate adaptado», confiesa Carlos Garrachón, que añade: «Me di cuenta de que sigue el entrenamiento como el resto de personas. Ella lo va adaptando y puedo dar la clase perfectamente».

Río Esgueva queda sus puertas abiertas para Isabel Fernández. La medinense volvió a casa para ser recibida con honores, tanto en Valladolid como en Medina del Campo, lugar elegido para hacerla entrega de ese cheque de 1.500 euros que ayudarán a financiar la historia de la mejor parakarateca del planeta.

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