Diario de Valladolid

Creado:

Actualizado:

DESPUÉS de una mesa redonda con la despoblación como principal asunto a debate, una de las ponentes, representante de una empresa nacional, me preguntó sobre lo que había oído en la charla en torno a las necesidades de infraestructuras. Cuando la empecé a hablar de la urgencia de contar con la Autovía del Duero, quiso cortar la conversación diciendo que ya había demasiadas autovías y que había que ir pensando en racionalizar. Había llegado a Soria desde Madrid por la única autovía de la provincia y debió parecerle que todo estaba perfecto. Cuando le expliqué que los sorianos, además de ir a Madrid, también necesitan, por ejemplo, comunicarse con la capital de Castilla y León y que solo hay una mala nacional con un gran tráfico de camiones, se dio cuenta de su precipitada respuesta. «¡Ah! Hablas de ir a Valladolid...». No le dije más, nada sobre la vertebración de este a oeste de España y su conexión con Portugal, ni de la conexión con Zaragoza, Pamplona, Logroño y Burgos, ni mencioné el tren. Cuando esta semana se ha debatido en las Cortes sobre las diputaciones, con petición de que se cambié el sistema y la elección de diputados sea directa, sobre la que se abstuvo Ciudadanos porque está en contra de las diputaciones, recordé esa conversación. Ahora que en algunos sectores de la sociedad española coge fuerza la idea de reducir o eliminar las autonomías, la actitud de la madrileña resume bien los peligros del centralismo, como el de la ignorancia de problemas que son ajenos al centro político o geográfico. En este sentido, las diputaciones han jugado un papel importante a la hora de actuar en aquellos lugares que sin una institución cercana tendrían serias dificultades para hacerse oír en la capital de la Comunidad y les sería prácticamente imposible llegar a la Administración central. El Estado de las Autonomías ha tenido excesos y defectos, pero son mayores las virtudes, porque ha posibilitado como poco la contención de los desequilibrios. Se puede mejorar el sistema, seguro, y ahí está pendiente la reforma del sistema de financiación. Lo mismo ocurre con las diputaciones, en las que la elección directa sería una mejora democrática, pero estas instituciones, con sus defectos, han realizado, cuando han estado bien gestionadas, una labor muy importante en los pueblos, en ese mundo rural que queremos proteger. Y lo han hecho, además, manteniendo una situación financiera saneada. Así que cuidado con recentralizar o eliminar instituciones locales, que en Madrid están saturados de autovías.

tracking