Diario de Valladolid

De la Fuente, el rey de Los Palacios

El jugador tudelano delRealValladolid, que debutó enPrimera el pasado domingo, ejerce de espejo para los 180 futbolistas que visten los colores del club de Jorge Mancebo / Este curso ha crecido un 30% respecto al año pasado

Jugadores del equipo alevín B del CB Tudela.-

Jugadores del equipo alevín B del CB Tudela.-

Publicado por
Guillermo Sanz

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Buckingham, Beldevere o Versalles. Sobre el mapa del mundo se reparten los palacios más bellos. Lugares de ensueño levantados por mentes capaces de convertir en magia la arquitectura. Sin embargo, lejos de los lujos cortesanos aparecen otros ‘Palacios’, los de los campos de fútbol del CD Tudela. Un lugar que no aparece en las postales, pero para las generaciones de jugadores que han pasado por allí ha dejado un recuerdo tan imborrable como un tour por el hogar de los grandes reyes de Europa; reyes como Miguel de la Fuente, jugador formado en el club que debutó el pasado domingo con el Real Valladolid.

El CD Tudela se fundó en 1970, pero si uno tira del hilo genealógico puede descubrir que hubo vida antes de su bautismo oficial. El fútbol fue la semilla de un club que acogió otras disciplinas en la antigüedad, pero es el deporte rey el que sigue portando en propiedad una corona que cada año gana en quilates. El club tudelano cuenta con 180 jugadores en sus filas, un 30% más que el curso anterior; un crecimiento alimentado por la instalación de un nuevo campo de hierba en el que entrenar.

El viejo ‘campo del jabalí’ (llamado así porque un día este animal cruzó por el medio durante un partido) dio paso a Los Palacios, un proyecto iniciado por personas aficionadas al fútbol que decidieron levantar con sus propias manos un nuevo reciento deportivo. Las instalaciones han visto cómo poco a poco ganaban en lujos necesarios. El Ayuntamiento de Tudela ha apostado por el deporte y ha invertido parte de su presupuesto en la reforma de las gradas o la conversión del segundo campo de entrenamiento (anteriormente de tierra) en un terreno de juego de césped natural. La siguiente fase será la mejora de la iluminación, un plus que optimizará los entrenamientos de los once equipos del club: dos prebenjamines, dos benjamines, tres alevines, un infantil, un cadete (que vuelve escena tras dos años de vacío), un juvenil y un aficionado. Todos ellos movidos por la varita de la diversión, como confiesa el presidente del club, Jorge Mancebo: «La primera premisa nuestra es la de divertirnos. Evidentemente también nos gusta competir y ganar, pero queremos formar a los niños para que sean jugadores educados y que se diviertan jugando. No tenemos esa competitividad exagerada de otros clubes», confiesa.

Sólo hay un capítulo en el que el termómetro de la exigencia sube un grado: con el equipo aficionado. El club ascendió en la 77-78 a Primera Provincial y después a Regional, donde jugó siete cursos en los que ganó la Copa Federación. Tiempos pasados que el CD Tudela sueña revivir con un bloque joven como el que juega en Segunda Provincial. «Al aficionado sí que le pedimos un puntito más. Sí, queremos que suba por el club y por Tudela», admite Jorge Mancebo. El otro lado de la moneda está en la categoría más joven: la escuela. Más de una veintena de niños son el tesoro de Los Palacios. «Es lo que más cuidamos, porque es el futuro. Es nuestro niño mimado, donde ves más la evolución y donde más se divierten», explica el presidente del club tudelano, que desde hace años se ha convertido con su cantera en un nombre fijo de la Liga Chupetines (de la que suele ser anfitrión en una de sus jornadas).

Nunca se sabe a ras de qué césped comenzará a jugar el próximo Calero, Toni o Anuar. Tudela de Duero tiene su propio ídolo vestido de blanquivioleta: Miguel de la Fuente, internacional sub 19 por España y un fijo en el Promesas. La localidad vallisoletana descorchó el champagne el pasado domingo, cuando su hijo predilecto debutó en Primera ante el Betis. «Ha salido de aquí y de vez en cuando viene a ayudar. Desde pequeño se le veía que podía llegar lejos, tenía unas condiciones innatas», recuerda.

El tiempo escribirá el futuro de Miguel de la Fuente y el de todos los jugadores que visten la original camiseta arlequinada del Tudela (donde el azul y el amarillo son los colores de su bandera), pero lo hará sin prisa. El club no ha querido firmar ningún convenio y ha empezado la ‘revolución de los modestos’ para que los peces grandes no fagociten a sus equipos. «No hemos firmado ningún convenio porque no queremos hipotecar al club. Es una de las cosas por las que lucho. Este año un club ha ido a por cinco jugadores de nuestro benjamín. Si un niño vale para el Valladolid o para cualquier otro club terminará jugando, pero no se puede desmantelar a un equipo y desvirtuar la competición y hemos pedido a la Federación que sean ellos lo que regulen esto», denuncia Jorge Mancebo.

El presidente, en representación del club tudelano, quiere que los más pequeños continúen formándose cerca de su casa y que disfruten de las actividades que dibujan la personalidad del CD Tudela. Actividades como el Torneo del Espárrago, el recuperado partido benéfico en Navidad a favor de la Cruz Roja o la fiesta de fin de temporada.

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