Diario de Valladolid

ESGRIMA

La guardia de Arroyo

La tiradora internacional Dora Kiskapusi pone en funcionamiento un nuevo club en la localidad vallisoletana de Arroyo con 22 aprendices de espadachines de entre 5 y 46 años

Los aprendices de tiradores posan con sus espadas en la localidad de Arroyo.-MIGUEL ÁNGEL SANTOS

Los aprendices de tiradores posan con sus espadas en la localidad de Arroyo.-MIGUEL ÁNGEL SANTOS

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Guillermo Sanz

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Los mosquetes, un arma de fuego, fue el arma que puso nombre a los mosqueteros. Sin embargo, la literatura de Alejandro Dumas y la gran pantalla ha conseguido que la imaginación dibuje en la cabeza un soldado con la espada en la mano. Ese reflejo es el que llega a nuestros días, donde una veintena de espadachines son la nueva guardia real de Arroyo de la Encomienda.

Bajo el nombre de Club Esgrima Arroyo nace la primera aventura como ‘solista’ de la internacional Dora Kiskapusi. La tiradora húngara va tocando más ramas que la competitiva y ha decidido desenvainar para firmar con sus iniciales, como lo hacía el Zorro, en un ilusionante proyecto deportivo. «Era el momento de empezar a hacer mi camino y de ver cómo funciono. Cuando ves que el final de tu carrera está cerca tienes que buscar salidas y a mí me gusta estar con la gente enseñando esgrima», confiesa Kiskapusi.

Las espadas vuelven así a Arroyo, donde antes se realizaba esta actividad gracias a una comunión entre Ayuntamiento y Valladolid Club Esgrima que el año pasado quedó desierta. Ahora, 22 personas han acudido a la llamada de Dora Kiskapusi para matricularse en una escuela intergeneracional en el que el 90% de los participantes son novatos. Los alumnos de la maestra de esgrima tienen edades comprendidas entre los cinco y los 46 años, repartidos en tres grupos. «Desde el principio quería dar la posibilidad a todo el mundo de que aprendiera», asegura.

Niños, jóvenes y adultos encuentran su hueco en el colegio Atenea, donde se han instalado dos pistas para el desarrollo de la actividad. Cada cual encuentra su condimento para sazonar un deporte que no entiende de fechas de caducidad: «Siempre digo que los adultos les gusta más porque ven mejor las estrategias de los asaltos para conseguir tocados. Los niños lo ven más como si fueran el Zorro o Águila Roja, se divierten de otra manera», explica Dora Kiskapusi. Sin embargo, todos encuentran un beneficio en la práctica de la esgrima. «Para los niños mejoran la coordinación, el equilibrio y ayuda a socializar. Para los adultos es una manera de moverse y les viene bien por el trabajo mental».

La competición es un rival que se dibuja en el horizonte del Club Esgrima Arroyo. Los más pequeños empezarán a blandir su espada en los Juegos Escolares de la FMD y en los torneos regionales y provinciales. Los adultos seguirán los mismos pasos. Además, el nuevo club intentará organizar algún torneo amistoso con el VCE o interclub «para que cojan ritmo poco a poco». Sin embargo, la decisión de competir o no «depende de cada uno. Yo no voy a forzar a nadie», asegura la entrenadora y presidenta.

Tal vez, detrás de estas primeras estocadas se encuentre la nueva Dora Kiskapusi, que sueña con revivir algún día como maestra los viajes por el mundo que ha hecho como tiradora internacional: «Nunca se sabe qué niño puede tener talento e intención. Yo espero que sí lo haya. Me gustaría ir a un torneo internacional con mi propio alumno o alumna, pero aún falta mucho tiempo y mucho trabajo.

Para moldearse como los mejores hace falta que la mano del alfarero sea diestra... y los alumnos del Club Esgrima Arroyo tienen ante sí a una de las mejores espadachinas de España. Fiel «por tradición, porque la manejo yo y porque es el arma más divertida» a la espada, Kiskapusi quiere que el nuevo club y el Valladolid Club Esgrima (al que sigue perteneciendo como tiradora) estrechen lazos de los que se puedan aprovechar sus alumnos con la presencia de charlas o clases de amigos y compañeros como Fernando Casares o Moncho Alarcia, una parada que está prevista para más adelante, cuando el club haya cogido su velocidad de crucero.

Kiskapusi, la auténtica maestra de esgrima

Campeona de España, medallista Europea, mundialista y tiradora en los Juegos Mediterráneos. El palmarés de Dora Kiskapusi roza la matrícula de honor. Desde que aterrizara en España hace una década desde su Hungría natal siempre ha compartido sus conocimientos con los más pequeños. Ahora lo hace en solitario, sin el respaldo de su club, donde se ha empapado de las enseñanzas de otros maestros con historia: «En Hungría y en Valladolid he tenido maestros muy buenos. Moncho, Cruz, Juan Ramón... he intentado coger lo mejor de cada uno», confiesa.

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