Vivir con 426 euros
ESTEBAN García Miranda tiene 58 años. Está parado desde hace siete y hoy es pobre. Sí, pobre; está muy por debajo de esa franja estadística que mide el umbral de la pobreza. Cobra 430 euros al mes. En marzo pidió a Iberdrola que le cortara el gas; no podía pagarlo. Desde 2011 está en paro. Empezó a trabajar en el campo a los 14 años y a los 16 se estrenó en el sector de la construcción. Casi toda su vida laboral de albañil. «Era oficial de 1ª a los 21 años», me comenta orgulloso antes de advertir de que tiene cotizados «39 años y cuatro meses».
Una jueza acaba de sentenciar que el Estado debería complementar a Esteban una ayuda adicional de más de 200 euros para que sobrepase el umbral de la pobreza. Lo dice la Carta Social Europea. La Junta lo rechaza porque el cobro de la prestación es incompatible con la Renta Garantizada de Ciudadanía y porque el Gobierno central no ha traspuesto esta normativa europea a «nuestro orden». Todo está ajustado a derecho, pero de derechos teóricos no se come. La sentencia sugiere a Esteban que acuda a la Junta para obtener otras prestaciones que le saquen de la pobreza. Y lo ha hecho, pero ya le han advertido verbalmente de que no se las concederán.
El caso de Esteban llegó al Parlamento regional de la mano de Parados en Movimiento. Ni PP ni Ciudadanos acudieron a la cita; tampoco se excusaron. El procurador de IU, José Sarrión, preguntó a Herrera en el Pleno. El presidente de la Junta calificó el caso de «extraordinariamente importante», pero no se comprometió a nada. Bonitas palabras, «respeto» y poco más. Una delegación de Parados en Movimiento presenció en las Cortes la respuesta del presidente. Uno de los asistentes lanzó a los 84 procuradores una pregunta: «A ver si vosotros podéis vivir con 426 euros». La presidenta de las Cortes le expulsó de la sala y le dijo que no volviera nunca más.
¿Se han preguntado Herrera y el resto de procuradores cómo vivirían si, de repente, les despojaran de sus ingresos habituales y les condenaran a vivir con 426 euros al mes? Salgan de su zona de confort para acercarse algo más a las decenas de miles de personas sin medios para una vida digna.
El Estatuto, la Constitución y las normas europeas garantizan numerosos derechos sobre el papel, pero en la calle hace mucho frío. Demasiadas mujeres y muchos hombres anónimos tienen enormes dificultades para llegar a final de mes. Esteban es uno de los miles de parados que, en Castilla y León, cobra por debajo del umbral de la pobreza. Y eso que el Diálogo Social es ejemplar.