Fomento debe acelerar la retrasada Autovía del Duero
ES LA INFRAESTRUCTURA que más vertebra la Comunidad autónoma de Castilla y León y la más retrasada por sucesivos incumplimientos de gobiernos de distinto color político. El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, ha prometido que a principios del próximo años la Autovía del Duero recibirá un impulso de 234 millones para dos tramos de 34 kilómetros en la provincia de Valladolid. El secretario general del PSCyL, Luis Tudanca, pidió al ministro que cumpla su palabra y reciba por fin un impulso esta autovía que vincula a Soria con Burgos, Valladolid y Zamora, y que representa un activo fundamental para las relaciones con el eje del Ebro, con Francia y con Portugal.
Como recordó Tudanca, se trata de un carretera esencial que nadie ha sido hasta ahora capaz de poner en marcha. No sólo se trata de impulsar el tramo de la provincia de Valladolid, sino los otros restantes en Soria, Burgos y el enlace con Portugal a través de la provincia de Zamora.
La clave de este cumplimiento podremos conocerla en breve si, finalmente el Gobierno es capaz de aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2018 e incluir estas partidas. Se trata de una condición necesaria, pero no suficiente, porque no han sido pocas las veces que las grandes cuentas de la Administración central han reflejado partidas que luego no se han ejecutado en su totalidad.
La conversión en autovía de todos los tramos de N-122 resulta imprescindible para el desarrollo de estas provincias, de sus zonas urbanas y de sus municipios rurales. Se trata, seguramente, de los tramos de mayor intensidad de tráfico de las carreteras nacionales en la Comunidad. Su transformación en autovía debe ser también una apuesta por la seguridad vial.
De hecho, está surgiendo ya nuevas voces, nuevas plataformas, que demuestran el hartazgo de la sociedad de Castilla y León a los sucesivos incumplimientos de los gobiernos que han ido ralentizando la ejecución de esta autovía prioritaria para el desarrollo regional y para la seguridad.
La Autovía del Duero no sólo beneficia a Castilla y León. También a las comunidades autónomas limítrofes en sus intercambios con la región y con Portugal.
Se trata, en definitiva, de acelerar lo que ha sido un retraso histórico y un cúmulo de incumplimientos. La credibilidad de este gobierno con la Comunidad autónoma en materia de infraestructuras está en juego. Las contundentes y justas críticas de años anteriores por parte de los socialistas resultarían ahora incoherentes si finalmente no se produce el impulso prometido por el Ministerio de Fomento.