La subida del gasóleo no debe afectar al mundo rural
LA SUBIDA de los precios del gasóleo es una medida cada vez más próxima en el horizonte, a la vista de las exigencias medioambientales de la Unión Europea y de la propia línea política del nuevo Gobierno socialista de Pedro Sánchez.
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, activó todas las alarmas el pasado miércoles al manifestar en el Congreso que el diésel tiene los días contados, y que su impacto en la calidad del aire es lo suficientemente importante como para ir pensando en un proceso de salida.
La alarma vino probablemente de la contundencia de sus afirmaciones, dado que el incremento de los precios se viene estudiando desde el anterior Gobierno popular’. Fue todavía con el equipo de Mariano Rajoy cuando un comité de expertos, creado por el Ministerio de Industria y Energía, dio a conocer un completo informe sobre el sistema energético español. En este documento, los expertos recomendaban subir el precio del gasóleo un 28,6% frente al 1,8% que debía incrementarse la gasolina.
La cosa quedó ahí, porque el ministro de entonces, Álvaro Nadal, negó una subida inminente. Pero el PSOE de Pedro Sánchez ya contemplaba en su programa equiparar de forma gradual los tipos
impositivos que soportan la gasolina y el gasóleo, eximiendo el bonificado a transportistas y agricultores. Con Sánchez en Moncloa, su ministra de Hacienda, María Jesús Montero, parece estar trabajando
ya en esta medida. En el mes de junio, avanzó que su departamento estudia una fiscalidad medioambiental para evitar «comportamientos agresivos con el medio ambiente».
Todo indica, por tanto, que más pronto que tarde el Gobierno adoptará medidas como el incremento de los precios del gasóleo, aunque este se produzca de modo gradual. Ante esta situación, la Junta de Castilla y León ha advertido de las consecuencias que podría tener para el mundo rural la aplicación de esta subida
al gasóleo que utilizan los agricultores.
Además de expresar su preocupación por esta probable decisión del Gobierno socialista, el Ejecutivo autonómico subrayó que aumentar el precio del gasóleo agrario puede resultar muy gravoso para el sector que más arraigo y población genera el medio rural. Como bien apuntó, sería, por tanto, una medida que iría en contra de la lucha contra la despoblación y de la competitividad del sector primario de Castilla y León.
La argumentación del Gobierno regional es del todo razonable. Si el Ministerio de Hacienda opta por subir los precios, debe eximir de este aumento al sector agrario para no causar un grave daño al mundo rural de la Comunidad.