Diario de Valladolid

EDITORIAL

Trabajadores pobres debido a la precariedad laboral

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la crisis económica ha provocado algunos efectos negativos que no han conseguido superarse a pesar de que el país ha entrado en una nueva fase de crecimiento. Es el caso de los denominados ‘trabajadores pobres’, aquellos que no consiguen llegar a fin de mes debido a la precariedad laboral que padecen y que hace que en muchos casos ni siquiera alcancen el salario mínimo, fijado en los 735,9 euros.

La pobreza laboral seguirá atrapando este año a en torno al 10% de los 960.000 trabajadores castellanos y leoneses que figuraban a 31 de diciembre del pasado año como ocupados. Este es uno de los datos que aportan los autores del ‘Estudio de población especialmente vulnerable ante el empleo’, realizado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) y Accenture. De acuerdo con sus cálculos, la tasa de riesgo de pobreza laboral en la Comunidad alcanza al 7% de la población que se encuentra en edad de trabajar, de 16 a 64 años. El flaco consuelo es que la situación en Castilla y León es mejor que la media de país y que otras comunidades. En concreto, 1,3 puntos por debajo de la registrada a nivel nacional (8,2%), lo que sitúa a la región como octava autonomía con menor porcentaje de trabajadores en riesgo de continuar en precario.

En el conjunto de España, los 103.000 ‘trabajadores pobres’ de Castilla y León solo representan el 4% sobre los 2,46 millones de españoles que comparten la misma situación. Una situación que se agrava ya que, en un año, la tasa ha crecido en Castilla y León seis décimas, hasta alcanzar en 6,9% de trabajadores que se encuentran por debajo del umbral de la pobreza, un incremento superior al nacional, que ha sido de tres décimas. Así que a pesar de que Castilla y León lleva un tiempo creando empleo, la precariedad es la nota dominante. De hecho, prácticamente nueve de cada diez contratos que se firman son temporales.

El presidente de a Red de Pobreza de Castilla y León, Daniel Duque, observa que el acceso a un empleo ya no es una salvaguarda ante las situaciones de pobreza, algo que no ocurría antes de la crisis, que derivó en la existencia de «grandes desigualdades» entre la población. Así lo confirma Cáritas, cuyo presidente autonómico, Antonio Jesús Martín, va más allá al afirmar que si no se logran empleos dignos, de calidad y estables los trabajadores terminarán «esclavizados». Lo dice tras constatar que el 25% de las personas a las que ayuda de forma habitual esta organización vinculada a la Iglesia católica proceden de familias en las que algún miembro trabaja, pero sus ingresos no son suficientes para cubrir las necesidades básicas del hogar.

Poner coto a esta situación será una de las asignaturas a las que se enfrentará el nuevo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, si su mensaje social pasa de la teoría a la práctica.

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