Diario de Valladolid

Creado:

Actualizado:

El palacio Butrón de las Brígidas ofrece hasta el viernes una exposición sobre el universo del escritor Antonio Pereira (1923-2009), que tiende un señuelo de atracción hacia sus relatos y poemas. Oficio de mirar combina imágenes y textos de ilustres bercianos de Villafranca: imágenes de Robés y textos cómplices de un Pereira confidente captado por Juan Carlos Mestre, reciente premio Castilla y León de las Letras, que Pereira obtuvo en 1999. Pereira encontró en el cuento la horma para ajustar el hilo a la cometa de su fantasía.

En esta distancia corta, su humor del noroeste, la tierna ambigüedad, el episodio menudo, la confidencia coloquial y un tenue erotismo, que el autor registró con patente diocesana, encuentran su expresión más elocuente. En un escenario fugaz e inolvidable, que concilia la alianza entre imaginación y realidad, modelado con sutileza de orfebre en el manejo de la palabra. Como cuentista, Pereira ocupa pedestal de clásico.

Después de un volumen inicial, con el que obtuvo el premio Leopoldo Alas a mediados de los sesenta, Pereira alcanzó su madurez en El ingeniero Balboa y otras historias civiles, depurando el oficio a lo largo de tres décadas, que dieron para siete libros más de relatos y otras tantas antologías. A menudo transitan por los relatos sus cómplices de aventura literaria, desde los cercanos a los dioses mayores. Y tantos episodios de una memoria traviesa, que nos deleita con destellos de gracejo, a la vez que muestra la cartografía de sus afinidades y pasiones más íntimas.

En la narrativa breve Pereira exhibe una singular destreza para destilar asombros en su pupila de viajero que ha tocado todos los cabos. También cultivó el apunte memorial en un par de libros magníficos y publicó tres novelas. Meteoros (2006) reunió sus cinco libros poéticos, ejemplo de depuración expresiva. Los tres primeros cultivan los oficios familiares, los viajes cercanos, la amistad derramada y la nostalgia. Dibujo de figura desvela atisbos de crítica inesperada: «Ya sabía que un muerto no es gran cosa / en una edad de tapias y cunetas».

tracking