Diario de Valladolid

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DICEN que el movimiento se demuestra andando. Eso debe pensar Pablo Fernández cuando no quiere perder ni un solo segundo en comenzar a cerrar sus listas electorales de cara a mayo del año que viene. Sabe que se la juega porque el listón de sus actuales diez procuradores y un sinfín de concejales es muy alto y su gran líder, el otro Pablo, Iglesias, y sus líos internos nacionales no se lo están poniendo nada fácil.

De ahí que quiera arrancar con un golpe de efecto que le permitiría, por un lado, quitarse de un plumazo a ese ‘clan de los Chávez’ que conforman en Valladolid los hermanos Charo y Carlos Chávez y, por otro, cerrar una maniobra que preocupa y de qué manera al Partido Socialista de Óscar Puente. Solo puede calificarse como una jugada maestra atraerse para sí, hacia Podemos, una candidatura única junto con Izquierda Unida, mejor Valladolid Toma la Palabra, que la IU de José Sarrión no pinta nada en esto, con Manuel Saravia como cabeza de lista y respaldado por personas como María Sánchez.

Puente y Saravia, Saravia y Puente, son los verdaderos triunfadores, por más que el Partido Popular se empeñe en negarlo queriendo ningunear a Óscar Puente, de un pacto por el que más de uno no daba un euro porque se mantuviera hasta el final del mandato. Y no sólo se ha mantenido sino que, a poco que los resultados les vuelvan a ser favorables, se reeditará después de mayo del próximo año pero ya sin el lastre de Charo Chávez, a la que sólo le va a quedar refugiarse, si Puente quiere, como parece, bajo el paraguas de la lista socialista. Es lo que tiene el llevar cuatro años estando sin estar, gobernando sin gobernar y no haciendo oposición porque nunca han estado en ella. Charo Chávez lleva todo el mandato practicando la política del no hacer nada y del verlas venir.

Saravia es una apuesta segura en Valladolid. Y eso lo sabe Pablo Fernández, pero también Óscar Puente, quien ya se la espera y por eso le pide a su número dos en el equipo de gobierno que no se arrime a Podemos. Lo que parece olvidar Puente es que no es Saravia quien se arrima, sino Podemos con Pablo Fernández a la cabeza quien se entrega a él y pone a disposición del concejal de urbanismo toda la organización de Podemos.

Pablo Fernández se la juega con Saravia y su equipo liderado por María Sánchez, sin la cual Saravia no se moverá, pero está tranquilo porque sabe que es una apuesta a caballo ganador.

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