Diario de Valladolid

JUDO / GUILLERMO CORDERO

Un titán en el tatami

El joven judoca del Parque Sport trabaja para afianzarse en la selección española júnior, con la que ha acudido a Madrid a su primera concentración / Mide casi dos metros y pesa más de 100 kilos

GuillermoCordero proyecta a un compañero durante un entrenamiento.-J.M. LOSTAU

GuillermoCordero proyecta a un compañero durante un entrenamiento.-J.M. LOSTAU

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Guillermo Sanz

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Hubo un tiempo, según la mitología griega, en el que los titanes dominaron el mundo. Grandes y fuertes guerreros dejaron su firma en las historias ancestrales. Sin embargo, no todos acabaron en el Tártaro. Alguno se escapó para llevar su propia batalla al tatami. Ése es el terreno que pisa el vallisoletano Guillermo Cordero, un prometedor judoca que promete un ippon para el futuro.

Los casi dos metros de altura y los más de cien kilos de peso hacen de este vallisoletano un gigante de un arte marcial que comenzó a practicar con cuatro años, cuando se apuntó al Parque Sport como una actividad extraescolar que ofrecía su colegio, el Tierno Galván. Guillermo pasaba del tatami al agua (también practicaba salvamento y socorrismo) haciendo escala en el vestuario para cambiar el judogi por el bañador... hasta que decidió coger el camino del judo, una determinación (a la que el tiempo ha empapado de sabiduría) guiada por la luz de las medallas, como él mismo confiesa: «Me acuerdo una competición con 11 años. Fui a un campeonato de Castilla y León y quedé tercero. Ahí te empiezas a picar y a pensar en ir a ganar el año siguiente».

El tamaño de Guillermo Cordero le convertía en un diamante en bruto a las órdenes de su maestro, Enrique Ortega. De su mano ha conseguido dos medallas de bronce en los Campeonatos de España Júnior, ha sido varias veces campeón autonómico (júnior y sénior) de Galicia (federación por la que compite) y dos quintos puestos en dos Copas de Europa (Coimbra y A Coruña) la temporada pasada. Los resultados avalan la trayectoria de este joven vallisoletano de 19 años que ha comenzado el 2018 recibiendo la llamada de la selección nacional júnior para acudir a una concentración en el CAR de Madrid.

El judoca, que ya había recibido la llamada de España como cadete, ha dado un paso más en su formación con una experiencia que ha subido un nivel en el terreno de la exigencia: «Es más serio. Nos dicen que si no entrenas debidamente no te vuelven a llamar. Se nota en los entrenamientos la disciplina y la seriedad... además de la experiencia de estar rodeado de los mejores júnior de España», relata el pucelano, que ha querido exprimir al máximo la experiencia vivida en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid: «Las clases las daban judocas muy importantes en el pasado que tienen mucho que enseñar y nosotros que aprender», confiesa.

El compás de espera es un ejercicio de paciencia para Cordero, que sueña con pasar de llamar a la puerta a tener llave propia para entrar en el selección española. «Ahora toca esperar. Todos conocemos el calendario (en un mes hay cita con la Copa de Europa en la localidad lusa de Coimbra). Yo estoy con buenas sensaciones. Estoy pensando en hacer combates antes del Campeonato de España. Es ahí donde puedo confirmarme», desvela el judoca pucelano, que entiende que sería «un gran éxito el meter los dos pies en la selección y que sean mis méritos los que me lleven».

Mientras que llega ese momento, Guillermo Cordero sigue pensando en quemar etapas en el ámbito nacional donde, después de dos medallas de bronce (una de ella llena de carga emotiva después de seis meses lesionado con una rotura de cúbito y radio) trabaja duro (de lunes a jueves 1 hora y media de entrenamientos, más algún sábado, además del trabajo de gimnasio) para subir un escalón en el podio del Campeonato de España que acogerá la localidad madrileña de Pinto el próximo 3 de marzo.

«El año pasado buscaba sacar medalla. Se quedó en un bronce, que no está nada mal, pero este soy mayor y no quiero igualarlo, quiero mejorarlo. Como mínimo la final», desea ambicioso el luchador del Parque Sport, que quiere recoger sobre el tatami los frutos trabajados durante el año: «Ahora estoy trabajando mucho y espero resultados del esfuerzo que se hace».

En su último año de júnior, Cordero ya está paseando paralelamente por el camino sénior, categoría en la competirá el próximo año: «Estoy rodando en sénior para ir preparándome e ir poco a poco aclimatándome», destaca esta promesa del judo que confiesa que, más allá de las medallas, lo que le mueve es el «esforzarte por un deporte como el judo. Luchar para que sea reconocido es un reto para mí, es lo que me llama», desvela.

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