Las Cámaras deben prestar servicios útiles al empresario
LAS CATORCE Cámaras de Comercio e Industria de Castilla y León están inmersas, como las del resto de España, en un proceso electoral incipiente que se produce tras una controvertida reconversión que acabó con la cuota obligatoria y ha producido tensiones económicas y funcionales de diferente calado en cada una de estas corporaciones de derecho público.
Estas elecciones convocadas por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad son las primeras que se celebran conforme a la sustancial modificación de su régimen económico y en un nuevo escenario donde se potencia el ámbito territorial y cobra mayor fuerza la tutela por parte de las comunidades autónomas.
Está previsto que en las próximas semanas, la Junta de Castilla y León fije la fecha y el procedimiento de las votaciones a las que podrán concurrir más de 150.000 empresas de la Comunidad para elegir a sus plenos, comités ejecutivos y presidentes. La consulta que la Junta ha hecho al Ministerio sobre si deben repetirse los comicios en Salamanca y Ávila podría reducir este censo «regional» en el caso de que se consideren válidas las celebradas en ambas provincias en el último año.
Este proceso electoral coincide con la tramitación de un anteproyecto de ley de Cámaras de Castilla y León que ya ha pasado el trámite de Gobierno abierto y sobre el que hay un elevado consenso parlamentario. Convendría que a esta nueva regulación autonómica se le dé la máxima celeridad y sobre todo que no sea necesario un nuevo proceso electoral tras la aprobación de la norma.
Las Cámaras de Comercio de Castilla y León cuentan con una notable experiencia en ámbitos como la internacionalización y la innovación.Aprovechar esta savia es fundamental, siempre y cuando la labor y los planes que desarrollen no se vean duplicados por la Administración autonómica o cualquier otro organismo de la central.
En este sentido, las cámaras deben prestar servicios útiles y diferenciados al empresario local, ganar su confianza, generar valor añadido a sus socios y abrir oportunidades a las que la Administración no llega. Ypara eso es fundamental que sus planes respondan a la coyuntura y a las necesidades económicas del momento, sirvan para asesorar al comercio y a la industria e impulse la colaboración público-privada. Son buenos instrumentos de cooperación entre pequeñas y grandes empresas y sería bueno que la nueva Cámara regional que sustituye al Consejo responda a las necesidades de interlocución y coordinación administrativa para la que se crea. En definitiva, que presten servicios útiles y aporten valor añadido sobre todo a los miles de pequeños empresarios de una comunidad muy atomizada.