Diario de Valladolid

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SE NOS acaba de morir en León el poeta Gaspar Moisés Gómez (1927-2017), cuya obra copiosa y dispersa demanda el tamiz de una antología que ordene la secuencia de sus libros publicados e inéditos. Porque Gaspar ha padecido la desatención que siempre acecha a los discretos con talento. Su pasión poética no es fruto de un día ni empalagoso recreo de jubilado. Una docena larga de libros publicados y otros muchos inéditos resumen su trayectoria creativa. Abulense de Serranillos, recaló en León a fines de los cincuenta, después de tentar las manufacturas frutales en San Esteban del Valle, cabe el Tiétar. Entonces se acercaba cada verano con sus cómplices de la palabra hasta Piedrahíta, donde adecentaban la tumba olvidada de Somoza, el hereje de Azorín. También Juan Ramón Jiménez se confesó «clavado sobre el maravilloso Somoza, que admiro cada vez más».

En León, Gaspar combinó durante años el trámite de los juzgados y el contacto con la gente en su tienda de artesanía de la plaza del Mercado. A finales de los sesenta obtuvo algunos premios y publicó sus primeros libros. Pero también tuvo un tropiezo que le advirtió cuál era el paño. Fue en un lugar de Campos, donde el codicioso Anglada se llevó el botín con unos sonetos a lo tonto. Sus versos de los primeros libros ya establecen la pauta de su poesía, en la que permanecen los asuntos y se extrema la pulcritud de dicción.

Toda su obra la recorre un lirismo que desvela perplejidades y medita sobre lo esencial del ser humano. Hace un año, apareció en Luxemburgo Cerrado exilio, su última entrega poética «propuesta y dispuesta por Antonio Gamoneda», uno de sus cómplices más fieles. Ahí suenan sus versos: «Pues lo importante son los mitos. Aguas en suspenso, como lágrimas enormes lloradas por gigantes confusos, más allá de los disparatados sueños». El amor en todas sus vertientes es uno de los ejes de su poesía: familiar y pasional, espiritual y carnal, táctil y emocional. Y el acecho de la muerte, que a veces se anuncia mediante presentimientos, como animal de fondo de todas las pasiones.

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