Diario de Valladolid

La heredera de Lydia Valentín

La joven vallisoletana Marina Lostau, de 18 años, se proclama campeona de España de levantamiento de fuerza después de batir los récords nacionales de sentadilla, press banca y peso muerto / Comenzó en el powerlifting hace sólo ocho meses

La joven Marina Lostau, en un momento de uno de sus ejercicios de la modalidad de sentadilla en los que se proclamó campeona de España durante el campeonato Sub-Junior de Cádiz.-J.M. LOSTAU

La joven Marina Lostau, en un momento de uno de sus ejercicios de la modalidad de sentadilla en los que se proclamó campeona de España durante el campeonato Sub-Junior de Cádiz.-J.M. LOSTAU

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Guillermo Sanz

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Hubo un tiempo no tan lejano en el que la fortaleza siempre vestía cuerpo de hombre. Sin embargo, ese estereotipo ha demostrado ser una mentira más de la historia, como que la tierra era cuadrada o que era el sol el que giraba a nuestro alrededor y no al revés. Para que esos mitos cayeran como un castillo de naipes ha sido necesario que las mujeres firmaran con pulso firme en la historia... y el pasado fin de semana una vallisoletana sembró la suya en el campo del deporte.

Mientras que la leonesa Lydia Valentín espera en su casa a que lleguen las dos medallas olímpicas que completen su soñado trío de metales preciosos, Marina Lostau se convertía en la primera vallisoletana en proclamarse campeona de España de Powerlifting. Lo hizo a lo grande, batiendo los tres récords nacionales en su peso (menos de 57 kilos) y categoría de edad (Sub júnior) de los tres movimientos que conforman esta variante de levantamiento de peso: sentadilla, press banca y peso muerto, levantando la friolera de 100, 47,5 y 115 kilos, respectivamente.

Valladolid cuenta con un talento en ciernes que a sus 18 años ha convertido su pasión en un huerto para cosechar éxitos... y lo ha hecho sólo dos años después de empezar a trabajar en una sala de pesas y con sólo ocho meses de experiencia en el powerlifting. Su amigo y compañero Carlos Peña, que consiguió hacerse con la medalla de bronce en su categoría después de proclamarse en abril campeón de España, fue quien la abrió la puerta de este mundo a Marina Lostau: «Yo he pasado por gimnasia rítmica, pádel, baile... Hasta que un amigo mío empezó a decirme que podía hacer pesas con él en el gimnasio. Al principio era un hobbie, pero en abril empezó a competir, me vi con posibilidades y me picó para competir», explica.

La levantadora de peso reconoce que empezó en el gimnasio «por estética, pero siempre he sido muy competitiva. Empecé a entrenar la fuerza y eso te motiva más que la estética», confiesa la integrante del club Vacceos, que admite que es más difícil levantar los estereotipos que una barra con 100 kilos de peso: «Todavía, en el siglo XXI, las chicas siguen pensando que por hacer pesas nos vamos a poner enormes, como los chicos. Las chicas tienen miedo de coger 10 kilos y eso es un mito injustificable», protesta. Un peso con el que Marina, como otras compañeras de deporte, tiene que cargar a pesar de que la figura de Lydia Valentín ha abierto las miras a muchos escépticos: «Hace unos años había muy pocas chicas que competían. Obviamente somos minoritarias, pero ha ido en aumento», celebra la vallisoletana que admite tener en la haltera olímpica un espejo en el que mirarse, pese a vivir en ramas diferentes del levantamiento de peso: «Para mí es un referente, aunque no practiquemos el mismo deporte».

Marina Lostau ha encontrado en el powerlifting su «deporte y su pasión» y el flechazo ha dado como resultado un amor correspondido con un baño de oro que era una quimera antes de coger la carretera camino de Cádiz, donde se celebraba el campeonato de España: «La verdad es que iba con la esperanza de hacer récords, pero ganar no me lo imaginaba ni de lejos», confiesa la medallista, que sumó tres récords ya ensayados previamente en el gimnasio, donde acude 5 ó 6 días a la semana para completar sesiones de entre una hora y media o dos horas diarias. Un ejemplo de que el éxito no es casualidad y de que si detrás de cada gran hombre hay una gran mujer, detrás de cada gran campeón hay un gran trabajo.

La medalla de oro conseguida no hace más provocar que Marina Lostau coja carrerilla para completar un camino con muchas baldosas amarillas más: «Esto me hace que tenga ganas de seguir compitiendo a tope. Es un chute de motivación para conseguir más récords», concluye.

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