Diario de Valladolid

EDITORIAL

Prevención ante los incendios y contundencia ante el pirómano

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UN GRAVE incendio ha arrasado más de 2.000 hectáreas en la provincia de Zamora en el que puede considerarse el mayor incendio del año enCastilla y León. La virulencia del fuego obligó a cortar la N-II y amenazó con desalojar el municipio de Bermillo de Alba. Se trata de una zona rural de gran valor paisajístico que supone un duro golpe para los vecinos de las localidades afectadas.

Todos los indicios apuntan a que el incendio, originado a primera hora de la tarde del sábado, fue provocado porque se declararon dos focos, uno en Pino del Oro y otro en Castro de Alcañices, lo que llevó al consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, a declarar ayer que había «indicios racionales claros de criminalidad».

Una vez más, el proceso de extinción del incendio demostró la coordinación institucional entre los medios de la Junta, la Administración central, la Diputación y el Ayuntamiento. Se trata de un evidente ejemplo de cooperación ante un acto presumiblemente delictivo que afecta a todas las administraciones. También de solidaridad, como lo demuestran los bomberos voluntarios de Madrid que acudieron a iniciativa propia al lugar del incendio, así como ayuntamientos no directamente afectados por el desastre ecológico y medioambiental que colaboraron en su extinción.

Castilla y León es la comunidad con mayor número de hectáreas de patrimonio natural y es imprescindible avanzar más en las labores preventivas.Incluso sería lógico reflexionar sobre la necesidad de intensificar la labor de la cuadrillas para que su labor dure todo el año y se refuerce la profesionalización.

Más allá de este reflexión y del necesario análisis de si hay que endurecer las penas ante los pirómanos, resulta necesario que la Justicia actúe con contundencia y ejemplaridad, y que las fuerzas del orden público, en colaboración con los ayuntamientos, refuercen la investigación para depurar la responsabilidad que supone delinquir poniendo en riesgo vidas humanas y un patrimonio imprescindible sobre todo para las zonas rurales.

El incendio de Zamora se produce en un contexto de fuerte sequía que podría alimentar las amenazas de incendio, lo que obliga a extremar más las precauciones y las labores de prevención.

Lo que no debería hacerse es criminalizar a colectivos en esta situación y sí reforzar la colaboración ante situaciones que ponen en riesgo el importante patrimonio natural y la propia vida de las personas.

En definitiva, es necesario extremar todas las labores de prevención posible y actuar con la máxima contundencia ante pirómanos sin escrúpulos.

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