Diario de Valladolid

EDITORIAL

Exceso de contratos temporales ante la evidente recuperación

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LA REFORMA laboral de 2012 ha disparado los contratos temporales inferiores a un mes. Un año después del cambio de la normativa por el Gobierno de Rajoy se sellaban 62.000 entre enero y abril y en plena recuperación este modelo superaba en los primeros cuatro meses del año los 111.000.

En plena recuperación económica y cuando la economía crece por encima del 2,5%, los contratos de menos de 30 días representan el 45% del total.

Algo está fallando cuando esta modalidad de acuerdos laborales de tan escasa duración representan en Castilla y León más de seis puntos porcentuales que en el conjunto del país. Además, la eventualidad más acusada se consolida en la Comunidad porque nada menos que el 72% de los contrataos temporales se firman con menos de 30 días deruración.

La estabilidad laboral beneficia a empresarios y a trabajadores. A los primeros porque les permite consolidar y rentabilizar la labor de unos empleados ya formados, y porque su estabilidad contribuye a incentivar el consumo.A los segundos, porque representa un mayor afianzamiento para sus proyectos de vida al tiempo que reduce la incertidumbre sobre el futuro.

Convendría analizar si la legislación que pudo favorecer en un momento dado la contratación es adecuada para una coyuntura de salida de la crisis y de evidente recuperación económica.

Llama la atención que todas las ayudas de los planes de empleo firmados por Junta, entidades locales, empresarios y sindicatos han tenido en cuenta el objetivo de reforzzar la estabilidad laboral y la contratación por encima de seis meses para rebajar la temporalidad, para evitar abusos y para que los contratados tengan derecho a prestación por desempleo cuando dejan de trabajar.

Esta situación de inaceptable temporalidad debería ser objeto de análisis y reflexión por las mismas entidades y organizaciones que firmaron los acuerdos del Diálogo Social. Además, las propias diferencias entre unas provincias y otras permiten indicar que la normativa laboral tiene consecuencias diferentes que llegan hasta casi 20 puntos entre algunas.

Seguramente que este elevado incremento de los contratos firmados por un tiempo inferior al mes matiza también el nivel de la recuperación. En cualquier caso, es necesario poner coto a este exceso de precarización porque su prolongación y su consolidación no beneficia a casi nadie.

La reducción del paro no debe hacerse a costa de contratos temporales tan extremadamente exiguos. Sobre todo cuando se encadenan y se demuestra que nuevas contrataciones revelan que podían haberse ampliado en tiempo. Para ello, las administraciones deberían también dar mensajes claros de que la recuperación se consolida y es necesario que todas las partes se beneficien de la cada vez más clara salida de la crisis.

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