Diario de Valladolid

EDITORIAL

Obligado diálogo para salvar una fábrica clave

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La amenaza de cierre vuelve a sobrevolar la fábrica de Nissan en Ávila. Tras el alivio general que supuso el planteamiento de una alternativa industrial después de que la Alianza Nissan Renault diera por amortizado el centro de trabajo abulense, las negociaciones entre la empresa y los trabajadores se encuentran bloqueadas y el presidente de Renault España, José Vicente de los Mozos, hizo público ayer un ultimátum a los trabajadores. Si el 14 de junio no hay un acuerdo sobre la mesa, la compañía automovilística iniciará la tramitación de un expediente de cierre. De nuevo, una fábrica que es clave para Ávila pero también para la economía de Castilla y León, vuelve a ver en peligro su futuro. Si la situación no varía, la planta fabril cerraría sus puertas antes del 31 de diciembre.

La noticia, que se produjo en el transcurso de un acto organizado por la UGT, es un auténtico mazazo para Castilla y León, una comunidad autónoma que ha conseguido ser la punta de lanza del sector automovilístico español y que ha basado una buena parte de su desarrollo económico en ese sector de la industria.

A pesar de la gravedad de la situación, hay motivos para mantener un mayor optimismo que cuando se tomó la decisión inicial del cierre de la factoría abulense. Entonces, la mediación de José Vicente de los Mozos posibilitó que se pusiera sobre la mesa un plan alternativo. Fue el paso más difícil y ahora hay una negociación en marcha sobre el mismo, un diálogo que atraviesa por momentos complicados pero que no está cerrado.

Hay que apelar a la responsabilidad de todas las partes para conseguir finalizar con éxito una negociación que es vital para Ávila y para toda la Comunidad Autónoma. El diálogo debe seguir abierto y alcanzar el consenso es un objetivo ineludible.

La receta para conseguirlo no puede ser otra que la que los sindicatos y José Vicente de los Mozos han venido aplicando en Renault en los últimos años, donde a través del acuerdo se han logrado superar todas las dificultades y llevar la actividad en las fábricas españolas del grupo hacia el crecimiento. Esa capacidad negociadora debe ser la que se imponga en Ávila para una fábrica que forma parte de la Alianza Nissan Renault. Perder esta oportunidad sería algo que la sociedad castellano y leonesa no podría perdonarse jamás.

El tiempo no juega a favor, puesto que las negociaciones se estancan tras dos meses de conversaciones. De los Mozos advirtió ayer de la impaciencia que ha surgido ya entre los accionistas, y eso es un factor negativo que, sin duda, ha provocado el ultimátum lanzado ayer. El problema no es solo de unos trabajadores y una empresa, sino de Castilla y León en su conjunto por lo que no se puede permitir el fracaso. El diálogo y el consenso para alcanzar un acuerdo final tiene que ser una obligación.

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