Diario de Valladolid

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EL ZASCA que acaban de llevarse los partidarios de Susana Díaz es de los mayores que se recuerda en mucho tiempo. Ellos que siempre habían pensando que el aparato mandaba y, no sólo eso, sino que lo controlaba todo, ahora ven cómo un Pedro Sánchez cualquiera les arrebata lo que más ansiaban: el poder.

Si es que no hay peor cuña que la de la misma madera. La andaluza, que crió y dio cobijo a Sánchez cuando sólo buscaba un muñeco al que manejar y que pudiera tumbar las aspiraciones de Eduardo Madina, ve cómo se le ha convertido en chucky y acaba de hacer saltar por los aires todo el establishment que tenían montado los ‘susanistas’.

Dice los socialistas, y el neutral de Luis Tudanca no iba a ser menos, que aquí no pierde nadie, que es el partido el que sale ganando. Será por eso, porque nadie pierde, que el líder de los socialistas castellanos y leoneses no tardó en dejar esa neutralidad impostada para hacer suya una victoria, la de Pedro Sánchez en Castilla y León, que sólo tiene un responsable: el alcalde de Valladolid, Óscar Puente. El mismo que le permite a Tudanca volver a presentar su candidatura a la secretaría autonómica del Partido Socialista.

Es curioso lo de estos políticos. Están tan acostumbrados a no decir una verdad que son capaces hasta de mentirse a sí mismos. ¿Es que a estas alturas de la crisis socialista alguien se cree eso de la unidad? La unidad del PSOE de Castilla y León hace mucho que saltó por los aires y va a resultar difícil, por no decir imposible, de recomponer.

¿De verdad se creen que los que acaban de ganar, los ‘sanchistas’, a aquellos que desde octubre pasado defenestraron y quisieron lanzar al cajón del olvido van a pasar página sin más? No van a hacer ni más ni menos que lo que hicieron con ellos, apartar a aquellos que les obligaron a salir por la puerta de atrás. En toda esta guerra fraticida del PSOE son muchos a los que se les ha visto el plumero. Aquellos que querían seguir apoltronados y que pensaron que eso es lo tenían hecho con Susana Díaz, el mejor ejemplo es Soraya Rodríguez, pero no es el único. Léase Tino Rodríguez o Juan Luis Gordo, por citar sólo algunos.

El futuro del PSOE está en juego y todos, quien más quien menos, sigue echando cuentas. Claro que lo que ahora toca son las cuentas pendientes y esas se las van a cobrar todas lo s ‘sanchistas’. Al tiempo.

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