Cifras que anuncian un positivo cambio de rumbo
LAS CIFRAS SOBRE ejecuciones hipotecarias y desahucios que acaba de dar a conocer la estadística del Consejo General del Poder Judicial, están anunciando ya un ligero y positivo cambio de rumbo, en lo que a la situación de la economía de las familias, sin ningún género de dudas, la más dañada por la crisis, comienza a dar síntomas de alivio y de respiro.
El sólo hecho de que unas y otras, ejecuciones y desahucios, se sitúen a niveles previos a la crisis da una medida de la mejora. Pero aún que una largo camino para acabar de rescatar a todas aquellas familias de Castilla y León a las que la crisis dejó en la cuneta.
Entre otras cosas, porque los datos del CGPJ también reflejan que la reducción de las ejecuciones hipotecarias no viene aparejada de una disminución de los lanzamientos o desahucios.
Las 1.470 ejecuciones iniciadas el pasado año representan una caída del 31%. No sólo bajó dos puntos más que la media del país, sino que supone la cifra más baja registrada en la Comunidad desde 2007.
En la Comunidad, el pasado año sólo hubo un desahucio menos que en 2015. En concreto se produjeron 2.720 lanzamientos que afectaron a distintos tipos de inmuebles, no sólo a viviendas y, en el caso de éstas, no sólo a viviendas habituales.
Esa situación contrasta con la anotada a nivel nacional, donde sí se produjo un claro reflejo, con la disminución en un 6,4% en el número de lanzamientos, hasta los 63.037. Sólo en Murcia y en Extremadura se incrementaron el pasado año.
En todas las provincias castellanas y leoneses se iniciaron en 2016 un menor número de ejecuciones hipotecarias. Segovia y Burgos fueron las que en mayor medida se contrajeron, exactamente un 46% y un 39%, respectivamente. A continuación se situó Valladolid, con prácticamente un 38%. Las provincias con menores mermas fueron Palencia y Ávila, con sólo un 7% y un 9%.
Cosa bien distinta es dónde se produjeron más desahucios. En este caso, cuatro provincias castellanas y leonesas dijeron adiós a 2016 con un incremento en el número de lanzamientos, en especial Burgos, donde crecieron un 9,3%, o Valladolid, que sumó 7,8% nuevos lanzamientos a los producidos en 2015.
Lo mismo sucedió en Palencia, y en menor proporción en León. Por contra, las mayores disminuciones se vivieron en Zamora, que recortó un 22% el volumen de desahucios, o en Salamanca, que lo hizo un 16%. Soria quedó ‘empate a cero’, ni más, ni menos que en 2015.
Todos son datos que se deben valorar en su justa medida y que, pese a esa ligera brisa de positividad que desprenden, obligan sobre todo a las administraciones a no bajar la guardia en la defensa de esos castellanos y leoneses a lo que aún no le llegan esos aires.