El fin de una tasa para acabar con la interinidad
LA CONFERENCIA DE Presidentes del próximo martes puede suponer el fin de la tasa de reposición. Ese límite que el Gobierno de Mariano Rajoy impuso nada más llegar allá por el año 2012 y con el que bloqueó toda oferta de empleo público en las diferentes administraciones.
Castilla yLeón y el resto de ejecutivos autonómicos claman, y así lo hicieron saber en la última reunión preparatoria del cónclave de presidentes que tuvo lugar este miércoles, contra esta medida.
Las Comunidades, todas sin excepción, quieren que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, acabe desde ya con ese veto y libere la convocatoria de empleo público, al menos en los servicios básicos: Sanidad, Educación y Servicios Sociales.
Una exigencia, «clamor» como remarcaba el vicepresidente y consejero de la Presidencia, José Antonio de Santiago-Juárez, que esta vez sí Montoro tiene intención de atender. Habrá que ver si, finalmente, es para que se libere al 100%,como reclama la Junta, o reduce ese porcentaje.Lo que sí parece claro es que al Ejecutivo central no le queda otra que atender esta reclamación, que no es banal y que está perfectamente justificada y fundamentada.
La tasa de interinidad en estos servicios esenciales, como vienen denunciando los sindicatos, es ya insostenible e insoportable porque pone en riesgo la calidad en la atención que se le ofrece al ciudadano. Pero es que, además, de poner fin a esta situación de interinidad en la que viven estos trabajadores públicos se hace obligado, también, el dotar con más personal estas áreas esenciales.
Trabajadores, que las centrales sindicales aseguran que escasean por miles, y que no son ni más ni menos que todos los que se han venido perdiendo a lo largo de estos años n los que no se ha podido reemplazar las vacantes.
El ministro Montoro no puede ya mirar para otro lado, ni mantener un freno a la contratación pública que convertiría la situación en prácticamente insostenible en algunos campos.
No hay que olvidar que los rectores de las cuatro universidades públicas de la Comunidad, como los del resto del país, vienen denunciando la precariedad de sus plantillas de profesores, por la ausencia de nuevos efectivos y por la elevada tasa de edad de sus catedráticos.
El momento de acabar con esta tasa de reposición del empleo público es ahora. No se puede defender, por un lado, que la crisis ya está prácticamente superada y, a renglón seguido, mantener una medida que es un duro recorte.
El fin del veto a la creación de nuevo empleo por parte de las administraciones tiene que acabarse. Liberar la convocatoria de las oposiciones restaría la interinidad actual y, además, reactivaría el empleo.